Gracias a la vuelta del Ministerio de Cultura, se reabrieron las puertas del Centro Cultural Kirchner con propuestas para cada día de la semana y para todos los públicos.

Por Milagros Muro
@1000ywall


Esta resurrección pisa fuerte gracias a lxs gestores culturales que han trabajado los últimos años de manera independiente y autogestiva en todos los sectores de la industria creativa, además de la debida presencia del Estado. No cabe dudas de que la escena musical hoy en día está compuesta mayormente de artistas que también se organizan de manera independiente, que tejen redes de contactos y que colaboran en proyectos con un éxito indiscutible.

Uno de los mimos culturales que nos pudimos dar lxs porteñxs a fines de febrero fue Pangea, un ciclo de charlas con referentes de las diferentes áreas que hoy configuran la industria musical: producción y mezcla musical, producción audiovisual, diseño, coreografía, management y puesta en escena, entre otras. El jueves 27 de febrero se sentaron tres pibas que ocupan un rol fundamental en el estilismo y la puesta de los escenarios que más venden entradas. Ellas son Ailén Zoe Monzón, Camila Papiccio y Desiré Duval y trabajan con artistas como Marilina Bertoldi, Wos, Catriel, Paco Amoroso y muchxs más.

Bajo el título “Dirección de Puesta y Vestuario”, la charla comenzó a las 16:15 en la Sala Argentina, con una acústica espectacular y una producción técnica impecable. Las tres expositoras se presentaron, explicaron a qué se dedican puntualmente y respondieron todo tipo de preguntas. Las tres destacaron la importancia de reunirse con lxs artistas para comprender y definir el concepto por el que van a trabajar, resaltando que siempre es fundamental tomar decisiones. Aseguraron que las decisiones que se toman respecto de la imagen se ven, se notan y repercuten favorablemente en la carrera de unx artista musical. Plantearon que un buen estilismo relaja los nervios de cualquier artista y hace que salga al escenario con mucha más firmeza.

El mensaje que se quiere dar es lo más importante: tiene que haber un complemento entre la música, las letras, la imagen del artista y la funcionalidad de la puesta en escena. No tiene sentido quedarse en una idea que no se pueda concretar y todo es prueba y error. Las tres coincidieron, cada una a su manera, en que hay una conexión profunda entre la música y el teatro. Duval expresó que le encantaría que lxs artistas ensayaran más sus performances, porque así se podrían definir mucho mejor varias de esas decisiones tan fundamentales, como el diseño de luces, los objetos que estarán en el escenario, las texturas, los colores, las telas, la interacción con el público. De esta forma, se podría trabajar en una suerte de laboratorio donde todo sería mucho menos frustrante.

Papiccio, que viene del mundo de la producción audiovisual, fue clarísima al explicar que cuando se reduce el presupuesto lo primero que se recortan son los recursos humanos. Entonces habría menos personas en un equipo que quizás requiere de varios colaboradores, como sucede con el arte y el vestuario. También insistió en la importancia de hacer un todo, un “macro” del artista, donde su mensaje se pueda entrever en cada elemento.

Monzón hizo hincapié en su necesidad de reconocer la sensibilidad de la persona con la que trabaja. Hay artistas que tienen muy en claro lo que quieren, hay otrxs que no, hay algunxs que tienen referencias concretas. Lo importante para ella es escuchar la música, ver al artista en vivo y luego poder organizar toda esa información para comenzar a trabajar en una propuesta estética. Monzón tuvo la amabilidad de respondernos con más detalles en la siguiente entrevista.

¿Cómo empezaste a trabajar en moda y arte?

Estudié actuación, pensaba que quería ser actriz. Un día me di cuenta de que no. Fue como nada, (una) frustración, porque no tenía un plan b. Siempre me interesó la moda pero sabía que no quería estudiar diseño de indumentaria porque no me interesaba hacer ropa y sabía que había algo de la imagen y la estética que me interesaba. Pero no sabía bien qué era, no sabía que existía el estilista ni el director de arte ni cómo se componía una nota de moda, una editorial, las campañas, no entendía. Yo pensaba que todo lo hacia el fotógrafo, por ejemplo. Entonces estudié fotografía. Me di cuenta de que no era por ahí. Y un día, de casualidad, como tenía un amigo que estaba haciendo una obra y me dijo ‘che, la vestuarista con la que estamos trabajando está re sobrepasada, necesita un asistente, ¿te copa?’ y dije ‘dale, re, veamos qué onda’ y ahí (…) empecé a laburar a full. Hicimos muchas obras independientes, laburé mucho gratis al principio, pero hicimos cosas muy copadas. Hicimos obras en el (Museo de) Bellas Artes, en el (Museo) de Arte Moderno, cosas muy copadas del under del teatro. Aprendí un montón. Ahí empecé a investigar un poco sobre la composición de los personajes, de la época, de cómo trasmitir sensaciones, conceptos. Ahí empezó todo.

Quizás a partir de esta investigación pudiste aplicar la caracterización de personajes a la música, ¿no?, entender que puede ser tan fundamental para un músico como para un personaje en una obra de teatro.

Sí, y también lo que me pasó un poco con los músicos, que es lo que más hago ahora, es que descubrí ese intermedio entre la moda, que me encanta, pero a veces me resulta… no vacío, pero sí algo más frio y más resolutivo y puramente estético, porque por lo general se abarca de esa manera, no hay una sensibilidad tan de la emoción. Entonces en lo músicos encontré ese equilibrio entre lo estético, que me encanta y me re gusta hacer cosas que sean pura y exclusivamente estéticas y que solo tengan ese fin, pero también atravesados por una emocionalidad. A mí eso es lo que más me gusta y lo que más disfruto y más me mueve. Encontré ese equilibrio ahí.

Dijiste que empezaste con unos músicos amigos.

Sí, hace dos años o tres, ya no me acuerdo, creo que dos. Una banda de unos amigos que ya no están más juntos, pero se llaman Coral Casino. Fue un día que ellos tocaban por primera vez en un BAFWeek, que los invitaba una marca, y a Larita (integrante de la banda), que la vestía la marca y Roque (otro integrante) me dijo ‘che, yo no me voy a vestir de (la marca)’ y dije ‘bueno, yo te visto amigo, de una’. Y ahí me puse en contacto con una marca, porque yo ya conocía gente del mundo de la moda, porque ahí ya había empezado a trabajar de hacía un año en dirección de arte y ya había hecho un curso de producción de moda, entonces ahí, cuando hice el curso entendí el rubro del fashion. Existe el estilista, el director de arte, hay una bajada de línea de la marca. Es muy diferente el trabajo. Cuando llegó ese momento de vestir a los Coral ya tenía ese conocimiento y ya tenía contactos y ahí empezó. Laburé con ellos por primera vez para esa fecha y después empezamos a armar la presentación de su disco y así empezó a suceder todo. (…) y después empecé a trabajar con Chita, que fue re casual porque hicimos unas fotos para una marca de bikinis donde yo trabajaba, la conocí ahí, pegamos buena onda. Yo ya la venía fichando, tenía ganas de laburar con esta piba y ella me lo propuso y (…) ahí también conectamos y laburamos juntas.

En la charla hablaron de las referencias, de que el copy-paste puede servir de puntapié para después generar las variaciones. Vos ¿cómo ejercitás la inspiración?

A mí, me sirve mucho tratar de generar un vínculo más cercano con el artista y entender para dónde quiere ir, qué es lo que quiere transmitir, qué es lo que no quiere trasminar. Yo escucho eso, la lectura que tienen ellos mismos sobre su obra, y después la lectura que tengo yo sobre esa obra. Por lo general es desde un lugar super subjetivo y emocional y después desde un lugar más objetivo, pensando en función de la imagen, el cuerpo, cuál es el público, cuál es el mensaje concreto en lo lírico, son todos esos elementos que para mí hacen al todo. Y la inspiración… a mí lo que más me funciona es ir a la sensibilidad, (preguntarme) qué me pasa cuando escucho esta música, y ahí se va generando un mundo. (…) También hay artistas de afuera que son súper referentes, y es un poco buscar cuál es la esencia de eso, para no ir a lo literal.

Otra frase que dijiste es “el presupuesto es la estrella de esta charla”. ¿Cómo llevás la autogestión en medio de la crisis económica? ¿Cómo manejás las frustraciones respecto de lo material?

Dos cosas: una, que realmente los artistas se dieron cuenta de que realmente vale la pena poner la guita ahí, que les hace la diferencia y que quieren estar en esa también. Porque hay algunos que no les interesa, y es válido. Pero cuando trabajás con alguien que realmente le interesa y hace el sacrificio por eso, está buenísimo. Y para uno es como, bueno, voy a tratar de que sea lo más ameno para el bolsillo de todos siempre, entendiendo las posibilidades de cada artista. Eso por un lado. Y después, (si) de golpe tenemos una refe que es súper arriba, entender que no tenemos todos esos recursos, a veces. Porque realmente no existen, o, si existe algo parecido, es muy caro y que tampoco tiene sentido. (Hay que) ser, en ese sentido, inteligente y poder resolver de alguna manera más económica. Me parece fundamental tener en claro cuál es el mensaje y cuál es la imagen que queremos dar. Y ahí, rebuscársela. Es investigar y salir a la calle, en Once o en ferias o en marcas y siempre estar actualizado. Yo, como laburo en moda, tengo la data en la cabeza de qué marca tiene un pantalón de cuero, qué marca tiene un pantalón de lino… pero es estar todo el tiempo buscando la data.

¿Qué proyectos estás desarrollando ahora?

En cuanto a lo musical, estamos laburando este nuevo disco con Maru (Bertoldi), que ya lo está empezando a grabar ahora y estamos desarrollando una imagen nueva, que también surgió de todo el desarrollo que hicimos el año pasado, que fue de cero total: de que Maru se subía a tocar en jean y remera de Boca a ponerle un mono de pailletes blanco. Fue un desarrollo, empezamos muy tranca y terminamos así. Y ahora queremos buscar otra cosa porque el sonido es otro, porque a Maru también le sirvió todo este tiempo de proceso de decir ‘ah, okay, ya entendí por dónde va, y ahora tengo más claro por dónde quiero ir’. Entonces es de las dos partes que vamos entendiendo cada vez más, a medida que nos vamos conociendo y el laburo se va haciendo, para dónde queremos ir. (También) estoy trabajando con Zoe Gotusso, que pasó de estar en Salvapantallas a sacar su proyecto solista, entonces también es una investigación sobre cuál es el universo de Zoe solista. Queremos despegarnos de lo que era antes con su banda. Estoy trabajando con Angelita Torres también, que finalmente está por sacar su música y también es una escena nueva, ella tiene un público re particular. Y ella tiene muy claro cuál es la imagen que quiere, entonces ahí ya es otro puntapié, ya es otro lugar de partida. —————————-

Monzón sube sus trabajos a su cuenta de Instagram, @ailenzoe, y en @xcosasx sube imágenes de objetos, comidas, muebles, prendas y todas las cosas que le parecen lindas.