“Me aburre la formula donde ya sé que voy a ver y termino entendiendo todo»
Sentados en el amplio bar del Teatro San Martín, Juan, nos abrió el panorama de su interesante mundo en una charla interrumpida por sus seguidores que añoraban una foto junto al actor.
LB: ¿Cómo fue tu infancia?
JM: Yo nací en 1975, en el barrio de Flores. Un año después nos fuimos a vivir a México exiliados con mis padres y mis hermanos a la Villa Olímpica. Mi infancia está ligada a este lugar que fue construido para las olimpiadas como un complejo muy grande conformado con clubs, edificios y plazas donde vivían gran cantidad de argentinos, uruguayos, brasileros, muchos exiliados. Jugábamos al beisbol en los estacionamientos y nos pasábamos la pelota de un edificio a otro para divertirnos.
Por suerte me toco ir a una escuela particularmente muy de avanzada donde el director era un refugiado de la guerra civil española y entonces teníamos poesía, ajedrez, huerta. Estuve hasta 1983 en Mexico y después regrese. Fue impactante ese momento para mí porque el sistema educativo allá era muy distinto al de acá donde todavía estaba muy viciado por el clima militar. Por ejemplo, a la maestra se le decía señorita, cuando llegabas te parabas firme frente a todos, una serie de cosas que en México no pasaban, era otro esquema de enseñanza. Fue un impacto, una adaptación bastante brusca y violenta porque además se sumó que mis padres se separaron cuando llegamos.
Siempre tuve ganas de hacer teatro, estaba muy entusiasmado y tenía que ser riguroso. Me anoté en un curso donde estaba de 8 a 12 todos los días y al toque comencé con una obra en recoleta donde me involucré mucho.
LB: ¿Cuándo te diste cuenta que querías ser actor?
JM: Claramente no viene por un legado familiar porque mi papa es matemático y mama socióloga, pero a ella le gustaba mucho ir al teatro. Una vez me llevo a ver una obra que dirigía Ricardo Bartiz que se llamaba Postales argentinas y tuvo un impacto tremendo en mí. La volví a ver solo. Después fui con un amigo, la vi como 5 veces, me fanatice mucho y decidí que quería tomar clases de teatro con Ricardo. Mi mama lo llamo y le pregunto si había cupo pero él me recomendó a Cristina Banegas y a los 15 años empecé con esto.
Después me empezó a dejar de interesar todo y solo iba al teatro. Me gustaba mucho y siempre tenía la idea de que iba a ir a la facultad cuando terminase el secundario, de hecho empecé ciencias de la comunicación porque mis padres son universitarios y era lo que estaba bien visto, era otro momento. Pero siempre tuve ganas de hacer teatro, estaba muy entusiasmado y tenía que ser riguroso. Me anoté en un curso donde estaba de 8 a 12 todos los días y al toque comencé con una obra en recoleta donde me involucré mucho.
LB: ¿Y tu formación?
JM: Algo que le voy a agradecer siempre a mi viejo es que me insistiera que me valla a estudiar afuera. Fui a Londres cuando tenía 21 años, aunque en un principio no quería saber nada porque tenía mi grupo de teatro acá. Me quede un año y medio y puede estudiar con gente de muchos países, suecos, belgas, africanos, fue ahí donde tome perspectiva de lo que era Buenos Aires, el teatro en la Argentina, la actuación y por sobre todo me di cuenta que se podía vivir de esto. Nunca me quise quedar, eso implicaba otra cosa. Pero cuando volví empecé a trabajar mucho.
Por suerte con otro amigo armamos un dúo cómico donde hacíamos una versión de Edipo que la empezamos a realizar en todos lados, hasta la vendimos a los colegios secundarios. Con lo cual muy rápidamente cuando llegue de Londres empecé a vivir de la actuación, eso si, con poca plata.
Estoy laburando mucho como actor y expandiéndome en mi oficio que me encanta.
LB: ¿Cómo fue tu primera aparición en la televisión?
JM: Mi primera aparición en la televisión fue con un personaje que venía haciendo en el teatro. Era un italiano que tuvo mucha repercusión al igual que la obra y me llamaron para que haga unos monólogos en un programa a la media noche con Matias Martin. Iba todas las noche y me escribía el monologo yo. Colaboraba Wainraich en ese momento y la verdad me sentía súper cómodo, una de las mejores experiencias en TV. Después me toco hacer una pequeña aparición en una novela, Son amores, donde fue pésimo. Entre con un personaje que era pretendiente de Florencia Bertotti pero fue un desastre, nunca entendí que era lo que había que hacer, yo venía en otra línea.
Después de esto trabaje mucho en cine, con Burman, con Anahí Berneri, y volví el año pasado de forma inesperada a una tira diaria en el horario central de Canal 13 con Natalia Oreiro donde disfrute muchísimo. Pude instalar mi lenguaje ahí y en ningún momento tuve que hacer cosas que no quería. Siempre se abren espacios nuevos en la carrera pero también en la cabeza de uno y eso me hace crecer.
LB: Como espectador ¿Qué tipo de cine te gusta ver?
JM: Voy por épocas y sectores, pero me gusta mucho el cine asiático y el norteamericano, en especial las comedias. Y con mis hijas veo muchas películas infantiles que me encantan si están bien contadas. Igual últimamente estoy con poco tiempo pero generalmente lo que veo tiene que ver con algún trabajo que esté haciendo y que quiera resaltar alguna actuación en especial. Muchas veces ni siquiera las veo enteras, veo escenas de películas, o de actores en youtube. En general me gustan las películas narrativas que me interpelan emocionalmente. Me aburre la formula donde ya sé que voy a ver y termino entendiendo todo. Quiero estar al asecho de los signos que voy agarrando y eso es lo que me interesa.
LB: ¿Con que proyectos estas en la actualidad y como viene el futuro?
Tengo ganas de hacer otro largo pero está madurando lentamente, no me quiero apurar por qué no lo tengo claro. Solo son personajes, escenas, solo retazos. Pero estoy laburando mucho como actor y expandiéndome en mi oficio que me encanta.