Los nombres más antiguos del barrio laten en las calles.

Algunos han trazado huellas profundas en la vida social y política argentina durante el siglo XIX y los barrios fundados por las generaciones siguientes se encargaron de preservarlos en la historia. Emilio Lamarca es uno de aquellos que la Comuna 11 grabó en su geografía más cercana.

Casona_de_la_Fuente_fin_XIX

Emilio Lamarca recorre extensivamente la Comuna 11. De Villa Devoto a Flores, más de 5 kilómetros aluden a la figura de este abogado chileno, nacido en 1844 en Valparaíso. Lamarca se educó primero en Chile y en Inglaterra después. Trabajó unos diez años en explotaciones mineras y en 1873 viajó a Buenos Aires. Pocos años más tarde, se recibió de abogado en esta ciudad y se desempeñó como subsecretario de relaciones exteriores durante el gobierno de Domingo F. Sarmiento y Nicolás Avellaneda.

Simpatizó con algunas ideas reformistas, ante el fervor liberal que propagaban los economistas británicos, y sintió afinidad con los postulados del sociólogo y economista francés Frédéric Le Play. Tanto Le Play como Lamarca tuvieron algo en común. Estudiaron ingeniería y trabajaron varios años en la explotación minera. Le Play coincidía con los socialistas en medidas que fortalezcan a los sindicatos para contrarrestar el poder del empresariado, pero no abogada por la organización de un movimiento sindical y prefería mantenerse en un liberalismo opaco. Inspirado en Le Play, Lamarca publicó El decálogo y la economía política (1880), mientras ejercía como titular de cátedra en la Universidad de Buenos Aires. Profundamente inpirado por la teología católica, su decálogo no tuvo gran difusión, ya que la relación entre religión, moral y economía no se destacaba en el debate de los economistas de su tiempo.

Lamarca escribió sobre la moral de una economía espiritualista, y fue un impulsor del pensamiento social cristiano. En 1883, fundó la Asociación Católica de Buenos Aires y se convierte en un gran opositor del liberalismo del presidente Julio A. Roca. Apoyó las primeras leyes laborales del continente y promovió la Liga Social Argentina. Pese a ello, Lamarca siempre estuvo más cerca del conservadurismo católico, a través de sus postulados sobre la ética económica y la necesidad de atender a la cuestión social a través de la caridad. Sus aportes más notables los publicó en el diario La Unión.

La ordenanza municipal de 1944 convirtió a la figura de Lamarca en calle comunal, la que en épocas fundacionales del barrio de Devoto se llamó Edimburgo.