El espacio deportivo de Villa del Parque hace actividades en Nogoyá 5014, frente a la cárcel de Devoto. Pronto reabrirá su histórica sede de Marcos Sastre 3268 para ofrecer fútbol infantil, FutSal, Cestoball y terminar una época de puertas cerradas e incertidumbre institucional. “A fin de año vamos a tener un 60 por ciento terminado”, adelantó a este medio su coordinador deportivo.
Ladrillo sobre ladrillo. El Gigante de Villa del Parque, sede social en Marcos Satre 3268, cuna de cracks, gana altura de a poco. Con cada martillazo, con cada andamio de madera y metro de hormigón. A medida que la mole toma forma, los socios del tricolor aumentan su alegría. Ellos, que padecieron ver al club de puertas cerradas, ahora arengan: “Las obras siguen y cada vez falta menos para que Parque vuelva al Barrio”.
“Estamos reconstruyendo nuestra nueva casa”, reza el cartel de obra, con el emblema verde, blanco y rojo. Desde 2011 esperó el pueblo de Parque para ver los camiones de cemento en movimiento, ese grupo obrero que ahora levanta vigas, muros y la esperanza del club de barrio.
Las tres actividades emblema de Parque son fútbol infantil (siete categorías de FAFI y ocho de FEFI), FutSal (de 1° a 8° y promocionales) y Cestoball. Son casi 500 futbolistas y más de 70 jugadoras de cesta. Ahora estas disciplinas gozan de buena salud, con entrenamientos y partidos oficiales en el Complejo Pipa Gancedo, en Nogoyá 5014, un predio deportivo frente la cárcel de Devoto.
“A fin de año vamos a tener el 70 por ciento”
Una noche de entrenamiento, este medio recorrió las instalaciones de Nogoyá para hablar con integrantes de la comisión directiva de Parque. Al fondo de unas canchas de césped sintético y del bufet, tras un breve pasillo enladrilladlo, está la secretaría provisoria del club. Allí entre vitrinas con trofeos y papelería del día a día, nos recibió la secretaria Marcela, quien resaltó la “alegría del regreso”: “Ha sido un largo camino y ahora esperamos la vuelta al barrio, a la pertenencia”.
Junto a Marcela, caminamos por otro pasillo más hasta la cancha techada donde entrenaban los chicos del club. En las gradas estaban los familiares y amigos de los chicos, también parte de la comisión directiva. Entre ellos, Fernando “Bocha” Batista, coordinador deportivo del club.
En una charla con este medio adelantó: “Si el ritmo de obras sigue así, a fin de año podemos llegar a estar por lo menos en un 70 por ciento terminado, vamos a poder estar instalados en la sede de Marcos Sastre. Es lo que más necesitamos. Tener el sentido de pertenecía. La gente del club y el barrio lo necesitan”.
“Según lo que nos dijeron los ingenieros, se va a tener la parte de abajo abierta mientras tanto, para el año que viene darle la finalización a todo el club”, describió el “Bocha” y opinó: “De parte mía, estoy con ansiedad de ver de nuevo al club en el barrio”.
“Va a quedar un club a nuevo. Es diferente al que vimos los socios en el pasado. Necesitábamos ampliarlo. Entró plata por chicos que fueron vendidos. Es bueno agrandarse, ver nuevas obras, nuevas canchas. Teníamos mucha gente”, explica.
“Parque es un club de barrio, deferente a los demás. Por su nombre, por su gente, por la calidad de sus jugadores que salieron y siguen pasando. Por eso se mantiene gracias a los profesores, la gente que trabaja. A la comisión, los padres, a la gente que colabora para que esto se termine. Como se ve, cada entrenamiento el club está lleno”, se alegra sobre la concurrencia a pesar de no contar todavía con la sede de Sastre.
Un poco con la vista atrás, sobre los motivos que desencadenaron el largo tiempo cerrado, el “Bocha” aclara sobre decisiones a futuro: “Por ahora no van a haber acuerdos con clubes grandes. Lo hablamos en comisión directiva. Abrir el abanico, que Parque provea jugadores a todos los clubes. No vamos a hacer lo mismo que hicimos con Boca”.
El comienzo del fin: “Esperando, con el club cerrado”
Cuando el “Bocha” dice “no vamos a hacer lo mismo”, se refiere a un acuerdo comercial y deportivo con Boca Juniors que, cuando empezó, significó dinero entrante para la institución de VDP, además de un enorme prestigio y crecimiento. Sin embargo, iba a ser la consecuencia de su posterior derrotero.
Parque fue la primera cancha de muchos jugadores. Entre ellos Juampi Sorín, Fernando Gago, Juan Román Riquelme; incluso Diego Armando Maradona. Con estos antecedentes más la referencia de Ramón Madoni, entrenador del club y buscador de talentos, la institución se acercó a Boca a mediados de los noventa, cuando Mauricio Macri era el presidente del xeneise.
Las entidades deportivas firmaron un convenio de mutua conveniencia: las inferiores de Boca se iban a nutrir con jugadores infantiles de Parque. A cambio había un canon mensual (que pagaba sueldos de DTs y viáticos) y también de un 5% de las ventas que se realizaran, de jugadores desde la categoría 86 y hasta la 99.
En el 2011, tras 16 años de convenio, el nuevo presidente de Boca, Daniel Angelici, finalizó el contrato. La determinación de Boca fue en un momento inoportuno para Parque: la institución ya había encaminado un proyecto para ampliar instalaciones, había comprado un terreno lindero y había adelantado obras.
Al verse sin el efectivo de los pases con Boca, las obras se frenaron. Lo que en principio fue un cierre de tres meses, se extendió con dramatismo. La última opción, para no perder socios, fue mudar las actividades.
Una fama que no era tal
Había un correveidile que postulaba a Parque como un club de barrio pero con entradas millonarias gracias a este acuerdo con Boca. Sin embargo, en la institución siempre aclararon que de ese 5%, el 2% era para Ramón y Yiyo Andretto, colaborador de Maddoni. Aparte, se comenzó a cobrar recién en la venta de Gago. “La gente piensa que se recibió dinero de Tevez, de Riquelme, de Coloccini… Y son jugadores que surgieron de Parque mucho antes del convenio. Lo mismo que otros que pasaron por Argentinos, con quienes nunca firmamos nada”, aclaró la institución.
“Por un tiempo esperamos una mano de los jugadores que surgieron en el club. Porque a Parque Chas le pasó algo parecido y lo salvó Javier Saviola, que se había formado ahí”, argumentó en aquel tiempo Gustavo Cerdán, socio vitalicio del club.
Algunos sitúan con nombres al gran golpe a la estabilidad de Parque. “Todo comenzó con la venta de Gago al exterior. El club tenía un contrato hacía más de quince años con Boca y le correspondieron algo así como 800 mil dólares”, agregó Cerdán y dijo: “Se compró la casa de al lado para hacer obras, y cuando Boca rompió el contrato la obra quedó por la mitad. Y así estamos, esperando. Con el club cerrado”.
Otros hablan del caso de Nicolás Gaitán. “El primer problema fue su venta. Nosotros creíamos que íbamos a cobrar en un pago, como lo de Gago. Y nos enteramos que era en cómodas cuotas. Ahora, terminar la obra nos costaría cinco veces más caro”, había agregado el entonces vice del club, Bernardino Ladeo, ante Perfil.
Las consecuencias: diáspora de jugadores
El club estuvo cerrado, con cartelones publicitarios que apenas dejaban ver las instalaciones desde la vereda de enfrente. Sus puertas cerradas repercutieron en toda la zona de Villa del Parque. La hora de entrada y salida de entrenamientos, más los días de partido local vaciaron la zona.
Aún así, la vuelta que encontraron en el club para no abandonar las actividades fue alquilar canchas de otros clubes cercanos. Así, se reubicó a los más de 400 jugadores de fútbol y cesto. Al principio funcionaron en el club Pacífico (ver edición anterior donde reporteamos al club de ajedrez de VDP, que también hace actividades allí) y el club Añasco. También hubo prácticas en el Club Amanecer, de Villa Devoto, y en Argentinos Juniors. El último paso fue llegar a la sede deportiva en la calle Nogoyá, frente a la cárcel de Devoto.
“Parque es una marca registrada y los chicos siguen llegando… pero se perdió lo familiar. Los padres no se quedan como antes”, había lamentado en aquel entonces el socio vitalicio Cerdán, en sintonía con los dichos actuales del “Bocha”.
Con las nuevas instalaciones se van a poder hacer muchas cosas para la comunidad
En medio de este panorama gris, se hizo la luz en el club de Villa del Parque. Entró en escena Cesar La Paglia, alias el Leche. Este ex jugador de Parque, que luego jugó en Argentinos, Boca y Talleres de Córdoba, convirtió en 2012 lo que era un problema enorme en una solución de largo plazo: fue nexo entre el club y un grupo empresario que dio apoyo para salir adelante, a pesar del revalúo de obras y dificultades operativas.
«Se le presentó un proyecto al club, bastante complejo porque es estructural y deportivo. Es decir que se van a hacer canchas de fútbol, centro de rehabilitación traumatológica, un gimnasio y, además, todo el tema de la formación de jugadores que siempre tuvo Parque”, había adelanto. Con apoyo y colaboración de Maddoni y el cuerpo técnico que encabeza Fernando Batista, La Paglia fue artífice en retomar la «fábrica de jugadores» y poner énfasis en las nuevas obras que hoy se ven en la calle Marcos Sastre.
En diálogo con este medio, La Paglia reafirmó estar contento por la obra, a pesar de que es “un esfuerzo grande el que se hace”. “Lógicamente que es difícil, uno a veces ve que las cosas avanzan despacio, pero lo importante es el sacrificio que se hace”.
En la charla telefónica con este medio, dijo que “es un momento delicado para hacer obras de este tamaño, la inversión se multiplico por tres, la mano de obra, pero igual se continúa. “Sé que el club se va a terminar con esfuerzo y va a ser un proyecto muy lindo, van a venir muchos más chicos. El día de mañana vamos a ver de hacer algo social para los chicos de la calle. Si nos acompaña el gobierno, vamos a poder darles un plato de comida, almuerzos. Con las nuevas instalaciones se van a poder hacer muchas cosas para la comunidad. Mientras tanto, nos enfocamos en el hoy por hoy, en que el club vuelva a abrir sus puertas en la sede de Marcos Sastre”, concluye La Paglia.