Francisco Beiró vivió gran parte de su vida en el barrio Devoto
Su paso por la naciente Unión Cívica Radical hizo de su juventud un empedernido militante. Nacido en 1876 en Rosario del Tala, provincia de Entre Ríos, Beiró terminó de cursar el bachiller en Concepción del Uruguay y luego ingresó a la Universidad de Buenos Aires para recibirse de abogado. Durante esos años, el barrio de Devoto lo conoció como vecino.
Con un irrenunciable espíritu vecinalista, su infancia en tierra natal seguramente lo impregnó de un acervo de participación fuertemente localista y barrial. Quizá fue por eso que vivió en los barrios jardines más distanciados del epicentro político de la ciudad, y desde allí promovió un liderazgo con determinación, tanto como presidente de la Comisión Municipal de Vecinos como intendente interino de la Ciudad de Buenos Aires. Promovió el desarrollo local en Villa Devoto y Villa Real con las tareas de alumbrado y empedrado y participó en la creación del Club Sportivo Devoto. También fue presidente del Consejo Escolar Nº 17, desde donde fundó la Asociación de Protección a la Niñez (1918). Las boinas blancas del radicalismo lo recuerdan anecdóticamente desde el día en el que participó de un acto radical y sugirió a sus vecinos con los que concurrió, participar con boinas blancas para ser fácilmente reconocidos, y aludiendo a la mítica revolución del parque de 1890, emblema en la historia del radicalismo.
Siempre acompañó la línea doctrinaria comandada por Hipólito Yrigoyen, a quien conocía desde hace tiempo, ya que había participado en la revolución radical de febrero de 1905. Diez años más tarde, Beiró presidió el Comité Nacional de la UCR, hasta 1922. A finales de ese año, Beiró ocupó el cargo de Ministro del Interior. Conoció los pasillos del Congreso, siendo diputado nacional entre 1918 y 1922. Tanto su trayectoria política en su barrio como su incidencia en la política nacional lo llevaron a una gran popularidad y acompañó a Yirgoyen en la fórmula presidencial para su segundo mandato, en 1928. Con más de 800.000 votos, la fórmula radical arrastraba en la historia argentina la tercera presidencia radical, con una victoria abrumadora para la época. Sin embargo, antes de asumir el cargo de Vicepresidente de la Nación, Francisco Beiró falleció. Fue el 22 de julio de 1928 y el Comité Electoral designó al entonces Gobernador electo de Córdoba, Enrique Martínez, para ocupar en el cargo. Beiró falleció a los 51 años a causa de su delicada salud. Su casa, ubicada en Cantilo y Marcos Paz, aun dejan las huellas históricas de su vida en el barrio y en la política argentina.