El Parque Rivadavia es sólo uno de los ejemplos de los espacios verdes que pensó y creó. Su historia lo confirma: su visión cambió por completo las imágenes porteñas.

Son muchas las veces que hemos paseado por el Parque Rivadavia (y por todos los parques de la Ciudad) pero en muy pocas (o ninguna ocasión) nos preguntamos de quien fue la idea.

Porque, claro está, ninguno de estos espacios verdes nació por generación espontánea.

El Parque Rivadavia fue diseñado por gran paisajista Carlos Thays aunque casi todo lo que hay de verde en esta metrópoli, a decir verdad, lleva su marca.

En 1891, cuando Thays se radicó en Buenos Aires, fue designado Director de Parques y Paseos. Desde allí la Ciudad se transformó. Es que hasta ese momento no existían demasiados espacios públicos con plantas, árboles y  flores, salvo el Parque 3 de febrero que había sido creado por Sarmiento.

Por eso, si vamos al Jardín Botánico recordemos a este hombre nacido en Paris en 1849 porque él lo creo. Si vamos al Parque Patricios, al Parque Centenario, al Parque Chacabuco, al Parque Avellaneda, a las Barrancas de Belgrano, por citar sólo algunos casos, rememoremos también del gran paisajista.

Thays era un trabajador incansable que realizó innumerables obras no sólo en la Ciudad de Buenos Aires, sino también en distintas provincias y en Montevideo.

Hace más de un siglo soñó y diseñó gran parte de lo que conocemos como espacios verdes de la Ciudad. Lo que seguramente nunca pensó que esos lugares hoy estarían entre rejas.