En el cuento “Todos los fuegos el fuego” de Julio Cortazar, se mezclaban dos historias de amor y desamor, y ambas terminaban consumidas por el fuego. El mismo fuego, arrasaba con la vida en épocas muy diferentes. La empresa multinacional IRON MOUNTAIN sufrió en Buenos Aires un incendio devastador, uno de los tantos que padeció desde su creación. ¿Qué historias de amor y desamor se ocultan en la oscuridad de esta tragedia?

El 5 de febrero de 2014 se produjo el incendio de los depósitos de la empresa Iron Mountain, ubicado en la calle Azara en el barrio de Barracas, en nuestra ciudad. Murieron en el intento de sofocarlo 8 bomberos y dos rescatistas. Una tragedia de magnitud impensada para aquellos que originaron el incendio. Los peritos de la Policía Federal determinaron en 2015 que el incendio había sido producido intencionalmente. Un segundo estudio a cargo de expertos del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), organismo que ahora se pretende desmantelar, ratificó que el fuego fue provocado.

La empresa se creó en 1936 en EEUU con otros fines, pero en la década del 50, en pleno auge de la guerra fría, se convirtió en un depósito “seguro” de documentación  Este cambio la llevó a conectarse con las altas esferas del poder, desde la Agencia Federal de Inteligencia (CIA) hasta los bancos y empresas internacionales más importantes. Hoy tiene 8 kilómetros cuadrados de depósitos alrededor del globo terráqueo. La sede central de la empresa está en Boston pero tiene depósitos y oficinas en muchas ciudades, caualmente en todas las guaridas fiscales del mundo desde Panamá hasta Hong Kong. En 1997 se le quemaron 3 depósitos en Nueva Jersey (EEUU), en 2006 depósitos en Canadá e Inglaterra y en 2011 en Italia. En tres de estos casos también se comprobó la intencionalidad del siniestro, en ninguno de ellos hubo víctimas fatales como aquí.

En Argentina, en agosto de 2014, la Comisión Nacional de Valores (CNV) encontró 29 coincidencias entre clientes de Iron Mountain e investigaciones o denuncias de lavado de dinero, fraude y delitos tributarios. Muchas de las principales empresas y bancos que operan en el país sufrieron pérdidas en el siniestro, entre ellos los bancos HSBC, Patagonia, JP Morgan y BNP Paribas, casualmente todos ellos investigados por lavado de dinero por la PROSELAC (Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos). Algunas circunstancias para tener en cuenta son que tres de esos bancos investigados retiraron cajas del depósito en los días previos al incendio, que coincidentemente declararon no tener copia de buena parte de la información perdida y que el banco HSBC declaró perder 4.000 cajas más que las informadas por Iron Mountain en su descargo.

La lista de 32 citados a indagatoria en la causa por el incendio incluyen  a personas vinculadas a Ia empresa, a organismos de control y al gobierno de la ciudad. Llama la atención que este pedido realizado por la fiscal Monteleone no incluya ni a Juan José Gomez Centurión, por ese entonces titular de la Agencia Gubernamental de Control de la Ciudad (AGC), hoy a cargo de la Aduana Nacional, ni a Mauricio Macri, por ese entonces Jefe del Gobierno Porteño, hoy Presidente de la Nación. En el caso de Centurión por que está claro en el expediente que hubo numerosas irregularidades en las inspecciones realizadas a la empresa y que había un pedido de clausura del depósito realizado por el inspector Edgardo Castro, cajoneado desde el año 2009. Año en que la empresa fue condecorada por el entonces intendente Macri por ser una de las primeras en instalarse en el Distrito Tecnológico creado en el barrio, lo que le permitió una generosa exención impositiva pese a que el depósito se encontraba fuera de los límites de ese polo tecnológico y que una guardería de archivos no es precisamente una meca de innovación tecnológica. Varias empresas del Grupo Macri sufrieron la pérdida de información en el siniestro, Pago Fácil fue la más pejudicada. Algunas de las cajas perdidas estaban rotuladas con nombres significativos que hacen referencia a Panamá o a Sociedades Off Shore que se han vinculado al actual presidente y que él se ha encargado de desmentir.

Los allegados y familiares de las víctimas claman justicia desde hace 4 años. Aunque a esta altura de los acontecimientos, es difícil que las vacas vuelen y el chancho chifle.