“El tren fantasma” era uno de los juegos más concurridos del Parque de Diversiones “Italpark”, que funcionó en el barrio de Recoleta en la última mitad del siglo XX. En la oscuridad de sus pasadizos los pasajeros eran asolados por cadáveres, monstruos y fantasmas, En la segunda década del nuevo siglo, los trabajadores y usuarios del Subterráneo de Buenos Aires son acosados por un flagelo distinto en los túneles; La Asbestosis.

En septiembre de 2011, el entonces Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires Mauricio Macri viajó a España para cerrar la compra de vagones en desuso del Metro de Madrid. Fue a los talleres y los observó con aire de entendido. No era secreto para nadie que se estaba comprando material de descarte. El diario EL PAÍS, el de mayor tirada en territorio español, publicó al respecto:”El Metro de Madrid se frota las manos con los 4,2 millones de euros que ha sacado por la venta de unos vagones carne de chatarrería tras 32 años de traqueteo”. La compra, realizada por contratación directa, obviando la necesaria licitación que un negocio de esta magnitud requiere, generó un escándalo y motivó una causa judicial promovida por los ex legisladores De Filippo y Vera contra el Ex Presidente de SBASE (Subterráneos de Buenos Aires) Juan Piccardo, por defraudación e incumplimiento de los deberes de funcionario público, causa que hoy parece perdida en los laberintos del Poder Judicial Argentino. La compra obligó a cambiar la trocha y el sistema de alimentación en la línea B y creó una dependencia técnica con el Metro de Madrid, empresa que, en el último año, remató un remanente de estos vagones por 5.000 U$S cada uno para su utilización en ensayos explosivos.

De aquellos primeros 18 vagones del modelo CAF 5000 no funcionó ninguno y hubo que traer otros 18 para cubrir los repuestos necesarios. En la actualidad, según SBASE, sólo 5 vagones de este modelo estaban en uso en Buenos Aires, hasta que estalló el nuevo escándalo: 4 Trabajadores del Metro de Madrid presentan Asbestosis; una fibrosis pulmonar por contaminación con fibras de Asbesto (Amianto) que aparece entre 10 y 40 años después de la exposición a la substancia cancerígena. El asbesto está prohibido desde hace 20 años en ambos países, y está confirmado que los vagones CAF 5000 tienen Asbesto como aislante térmico en los circuitos eléctricos. Esta noticia provocó durante dos jornadas la paralización del Metro madrileño y durante unas horas del Subte porteño, además de un alboroto mayúsculo entre las cancillerías de ambos países por la venta del material prohibido. El problema en Buenos Aires no culmina con el retiro de los vagones CAF 5000, ya que muchos de sus repuestos han sido usados para reparar los 73 vagones de la serie 6000 (los que se abren manualmente) comprados en 2017 a la misma empresa española. Esta situación ha encendido la alarma en el Sindicato de los empleados del Subte y se suma a los conflictos generados en los últimos años por la muerte de 6 operarios en distintos accidentes de trabajo. La empresa estatal de la Ciudad de Buenos Aires estudia iniciar acciones legales a su par madrileña, pero cualquier reclamo en ese sentido no la libra de la incapacidad e irresponsabilidad por la falta de control que ha colocado a trabajadores y usuarios a merced de una substancia prohibida por cancerígena ¿No deberíamos también nosotros llevar ante la justicia al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y su empresa de subterráneos?