El evento tuvo su génesis en Caballito. Ahora, en su segunda edición, la propuesta fue más ambiciosa y el resultado, superador.

El Museo de Esculturas Luis Perlotti no sólo es un bastión del barrio sino también de la Ciudad. Además de las exposiciones permanentes y de las muestras que realiza, los primeros días de marzo organizó, junto a Forjadores Argentinos, una actividad peculiar: el «Segundo Encuentro Internacional de Herreros Buenos Aires 2018».

Esta vez no fue en el barrio de Caballito, como ocurrió la primera vez. Los jardines de la antigua Cervecería Munich, en Costanera Sur, sirvieron de nuevo escenario. 

Aquel primer encuentro realizado en Plaza Irlanda fue el germen del que quedaron una escultura en el lugar y otra en el propio museo Perlotti.  El proyecto tiene su génesis en el año 2014 cuando el herrero estadounidense Jerry Coe vino becado a Buenos Aires para estudiar el patrimonio arquitectónico de la ciudad. Desde entonces se produjo un intercambio con herreros argentinos del que surgió la invitación para que cultores de la actividad de Estados Unidos vinieran y enseñaran en Buenos Aires.

En esta oportunidad quienes asistieron a la Munich pudieron ver de qué manera se trabaja en herrería artística y observar las técnicas y habilidades propias de los participantes.

El objetivo del encuentro fue revivir los oficios tradicionales y transmitírselos a los jóvenes. Todo esto adquiere importancia ya que es una actividad que se está perdiendo, como muchas otras. No hace falta ver Game of Thrones para saber cómo se forja una espada. Hasta no hace tantos años, todos tenían un tío o un conocido que se dedicaba al oficio. Pero eso cada vez ocurre menos. Encuentros como estos mantienen viva la llama.