Se trata de la feria más antigua de la ciudad. Está ubicada en un punto emblemático del barrio. Y aunque tal vez parezca invisible, ocurre cada domingo.
Ya fue dicho varias veces: el Parque Rivadavia es un enclave en el que se encuentran actividades de lo más variadas. Desde la venta de libros y videojuegos, a la feria de productos saludables, espectáculos infantiles, torneos de hip hop, recitales y también una actividad que funciona los domingos de mañana a la sombra del ombú: la Feria de Filatelia y Numismática.
Allí en tiempos de WhatAapp y redes sociales sobrevive un verdadero festín para coleccionistas que consta de un menú especial: la venta y canje de estampillas, postales, monedas y billetes antiguos. Y aunque suene descabellado, no hay verdad más grande: todo es potencialmente coleccionable. Porque siempre habrá alguien que encuentre un fetiche en lo que para otro es corriente y repita, a sabiendas o tal vez no tanto, un mantra tácito: cuanto más difícil de conseguir, más lindo de coleccionar.
Se sabe: los coleccionistas (de lo que sea) son una rara avis. Y verlos a todos juntos es casi una experiencia surrealista. Para los que no les interesa se trata de seres extraños.a los que les gustan más las estampillas que el dulce de leche.
La feria es la más antigua de la Ciudad y hay que buscar su origen en los 40, cuando el tango tenía su época de oro y había muy pocos autos en la Ciudad. Está ubicada en un lugar -que aunque pueda pasar desapercibido- es un manantial de historias inagotables: enfrente del bar «El Coleccionista y del Pasaje Florencio Balcarce.
La feria ha sobrevivido a todo. Generaciones enteras han pasado cada domingo por el parque y millones de estampillas y monedas se han cambiado. Este domingo la historia continuará. .