El film de Mariano Llinás, que se proyectó en Caballito en tres oportunidades, dura 840 minutos.

En el marco del BAFICI se proyectó, en el Village Caballito, la película más larga del cine nacional: 840 minutos. Se trata de La Flor, de Mariano Llinás, a la postre ganadora de la competencia internacional, que pudo verse en tres días durante el tercer fin de semana de abril.

Lo que merece destacarse es que en todos los episodios están las mismas cuatro mujeres haciendo distintos papeles y que se cuentan diferentes historias, algunas inconclusas.

Las actrices, que forman parte del grupo teatral Piel de Lava y que actuaron por primera vez en cine de la mano de Llinás, son: Elisa Carricajo, Valeria Correa, Pilar Gamboa y Laura Paredes. 

Quizá lo que más llama la atención es la duración, pero eso no va en detrimento de la calidad cinematográfica del film.

El espectador medio está formateado para ver películas standars, de una duración media, en donde no hay demasiado lugar para poner nada de sí.  Esto pone en discusión qué tipo de cine estamos acostumbrados a ver, mucho más durante una época hegemónica de las series, que lejos de proponer una incomodidad o sembrar un signo de interrogación, hacen que todo se ofrezca digerido como si se tratara de comer una hamburguesa completa en una casa de comidas rápidas.

En épocas en que es más fácil quedarse en casa a ver una película o una serie, Llinás propone un viaje de 14 horas. Una odisea cinematográfica que vale la pena intentar y para la que hacen falta perseverancia y curiosidad. Habrá que estar atento a las formas de proyección y a los lugares donde se pueda ver. El BAFICI fue apenas la punta del iceberg.