Aunque se trata de uno de los clubes más grandes de la ciudad, el último año deportivo de Ferro dejó mucho que desear.
Se sabe: el club más grande de Caballito y uno de los más grandes de la Ciudad es Ferro Carril Oeste. Se sabe también que hubo un tiempo de gloria en el fútbol y en el básquet.
Esta temporada había expectativas en hacer un buen campeonato en el Nacional B y por qué no, pensar en el ascenso a la primera división, pero los resultados han sido esquivos y el equipo terminó en el puesto 16 lejos de la punta en un torneo que a la postre ganó Aldosivi, el equipo de Mar del Plata.
En el básquet fue peor aún. Lejos de repetir las buenas campaña de las últimas temporadas, tuvo que jugar por la permanencia con Salta Basket. Recién llegó el alivio en el quinto punto de la serie y el equipo verdolaga seguirá en la máxima categoría en la próxima temporada.
Aunque su tradición sea rica en ídolos, ideología de juego e identidad desde las tribunas, la historia del siglo XXI ha sido negativa para los dos deportes. Y la apreciación no es casualidad, sino que tiene que ver con la realidad: Ferro descendió en fútbol en el año 2000 y aún no pudo recuperar el terreno perdido. Aún así, se las arregló para tener entre sus filas a jugadores que, posteriormente, terminarían siendo determinantes en equipos del exterior y, también, en la Selección Nacional. En el baloncesto, luego de varias temporadas, volvió a jugar en primera en los últimos años. Y pensar que fue campeón en el 85, el año de la creación de la Liga Nacional de Básquetbol.
Viene el mundial y todo se paraliza, aunque seguramente en la mente de directivos y jugadores está la idea de comenzar con todo la segunda mitad del año con la ilusión renovada. Ferro merece otra cosa.