La iniciativa ya suma 325 ediciones en puntos clave de la ciudad como El Rosedal, El Jardín Japonés y el Barrio Chino, entre otros.
Antes la gente se casaba más y lo hacía en el Registro Civil, un lugar preparado para tal fin.
Hoy, para quien decida casarse, hay otras opciones, muchas de ellas al aire libre.
Entre las diversas posibilidades recientemente se ha incorporado el Patio de los Lecheros, en Donato Álvarez y Bacacay.
El lugar es un espacio relativamente nuevo, inaugurado en el 2016. Durante años fue el sitio al que llegaba la producción de los tambos desde el interior a la Ciudad. Hasta la década del ’60 fue una estación de tren pero cuando en 1961 se prohibió la venta de leche sin proceso de pasteurización, la estación dejó de usarse. Allí hoy lo que menos se toma es leche. Es un patio gastronómico con diversos foodtrucks en el que se llevan adelante diferentes actividades culturales.
La iniciativa forma parte de un programa de casamientos en lugares emblemáticos de la ciudad: actualmente ya son 325 ediciones en puntos clave de la ciudad.
Otras opciones para casarse son también bastante particulares: El Rosedal, El Barrio Chino, el Jardín Japonés, el Museo de Arte Español Enrique Larreta, el Espacio Cultural del Sur y varios lugares más entre los que se encuentra el Museo Perlotti, también en Caballito.
La iniciativa resulta interesante y efectiva en el intento por devolverle la ciudad a la gente: el casamiento abre una etapa y cierra otra y, pensando en los miles y miles de amores que nacieron, sin dudas, en una plaza, en un museo o en un espacio cultural, resulta una excelente idea poder coronar el casamiento allí.
Si toca un día lindo es un buen lugar para dar el sí. El tema es decidirse.