La misma legislatura de la Ciudad de Buenos Aires que hace unos meses, en contra de la opinión de todas las organizaciones ambientalistas del país, sancionó la ley de Incineración de Basura, se reivindica ahora con el cuidado del medio ambiente al sancionar una ley para el tratamiento de las pilas y baterías en desuso.

¿Qué hacer con las pilas usadas? Es una pregunta reiterada que nos hacemos aquellos medianamente interesados en el cuidado del medio ambiente y vemos como se acumulan en nuestros estantes una fila de frascos llenos con esos coloridos cilindros metálicos. Estos pequeños contenedores de energía, una vez descargados, se transforman en residuos altamente contaminantes que tienen un destino incierto, ya que no hay en el país una reglamentación clara sobre su manejo.

Hasta ahora la responsabilidad caía en manos de los consumidores. A partir de la puesta en marcha del “Nuevo plan de Gestión Ambiental de Pilas en Desuso” en la Ciudad de Buenos Aires, las empresas productoras y distribuidoras de este producto deberán implementar el tratamiento y la disposición final de estos desechos, facilitándole a vecinos y consumidores la recolección de los mismos, que no podrán ser quemados ni enterrados. El proyecto presentado por el Poder Ejecutivo fue votado casi por unanimidad por oficialistas y opositores.

La pila es un dispositivo que convierte energía química en energía eléctrica por un proceso químico transitorio. Su consumo crece año a año, más de 400 millones de pilas se descartan por año en Argentina, lo que promedia unas 10 pilas por persona por año. La ley hace referencia a que constituyen un residuo sólido que debe ser objeto de un manejo especial por su extrema peligrosidad y toxicidad. Detalla a las pilas AA, AAA, AAAA, C, D, N, prismáticas 9 volts y de tipo botón como objeto de esta legislación y establece que tanto fabricantes y distribuidores deben hacerse cargo de disponer de ellas cuando son desechadas, presentar un plan detallado ante la Agencia de Protección Ambiental (APrA) en el que expliquen como recolectarán, transportarán, tratarán y dispondrán los residuos teniendo en cuenta el cuidado del medio ambiente y por lo tanto de la salud pública.

Una vez que el Plan esté aprobado deberán financiarlo y ponerlo en marcha. Las tecnologías para tratar estos desechos son dos: Se los tritura y se recuperan los metales para hacer nuevas pilas o se los vuelve inertes y se los entierra en rellenos específicamente diseñados que pueden neutralizar la contaminación. El peligro de metales como mercurio, cadmio y plomo aumenta cuando son acopiados. Por lo que las asociaciones ambientales hacen hincapié en la importancia de que las pilas usadas deben salir de los hogares, ya que es sabido que 1 de cada 4 habitantes de la ciudad, guarda estos desechos en su casa porque no sabe dónde tirarlos.

A partir de este plan, las pilas que vendan los distribuidores serán sólo las de aquellos fabricantes que cumplan con la ley  y los locales comerciales deberán disponer de un punto de recepción de pilas usadas, dando por fin un respiro a todos los vecinos que no sabemos qué hacer con ellas.