El actor bahiense es dueño de una carrera intensa. En poco tiempo y casi simultaneamente apareció en televisión, en cine y en teatro. En la actualidad viaja por el mundo haciendo lo que mejor le sale, interpretar.
BRÚJULA: ¿Tuviste relación con el barrio dónde naciste? ¿Cómo fue?
ESTEBAN: Nací y me crié en Bahía Blanca, fui a la escuela primaria y secundaria ahí pero me crié también en el campo, porque mi familia tenía casa en Coronel Dorrego. Allí pasaba los veranos y casi todos los fines de semana, junto con mis tíos. Fue una infancia con mucha naturaleza y amigos. Jugábamos mucho en la calle, en una ciudad muy tranquila como era Bahía Blanca en esa época.
BRÚJULA: ¿Cómo comenzó tu relación con la actuación?
ESTEBAN: Mi relación con la actuación empezó a los 6 años. La primera vez que le pregunte a mi mama, estábamos viendo una película y ella me explicó que los que estaban en la pantalla eran actores. Eran personas que se dedicaban a eso, a representar. Ahí creo que supe que quería hacer eso. Y después bueno, a mi mamá le gustaba mucho el teatro y nos llevaba a Buenos Aires a ver espectáculos, como no tenía con quien dejarnos, íbamos a ver obras para adultos. Así tuve la oportunidad de ver grandes actores y buenas actuaciones siendo muy chico.
Eso también me abrió la cabeza, me entusiasmó y me permitió ver qué era el teatro y cómo era la profesión del actor.
BRÚJULA: ¿Cuál fue el punto de inflexión en tu carrera?
ESTEBAN: Puntos de inflexión en mi carrera creo que hay muchos, como le debe pasar a todo el mundo, no hay uno solo que sea el más importante. Creo que se trata de ciclos, uno va atravesando ciclos constantemente.
Probablemente un gran punto de inflexión haya sido cuando me fui a vivir a Buenos Aires con 18 años. Fui a estudiar actuación y empezar a trabajar. Fue un punto clave en mi vida, no solo como actor, considero que esta todo junto, vida y profesión.
Otro momento fue la primera vez que me subí a un escenario en Bahía Blanca. Pero en definitiva creo que maso menos cada dos años se cumple un ciclo y uno vuelve a empezar. No es exacto el número, pero siento que cada dos años hay cambios muy importantes en los procesos.
BRÚJULA ¿Qué tipo de teatro y cine consumís como espectador?
ESTEBAN: Soy muy abierto en el teatro y en el cine. Me gusta todo. Al cine voy menos que al teatro, veo muchas obras de amigos y de colegas. Es una cosa permanente, sigo a muchos directores, escritores que me gustan. Veo de todo además, no tengo pruritos.
Ahora, cuando elijo una película para ir al cine, en general me fijo más. Veo de elegir al director o al actor, no veo todo el cine que se estrena, en general soy más selectivo. Me gusta mucho el cine clásico, de todos los países. No me canso de ver cine clásico. También me gusta mucho el cine argentino, es el que más me representa. Me hace bien verlo porque habla de temas que son cercanos que nos ayudan a reflexionar sobre quiénes somos.
BRÚJULA ¿Qué relación mantenés con la virtualidad y la tecnología?
ESTEBAN: Mi relación con la tecnología y la virtualidad creo que es bastante moderada. La uso en la vida cotidiana, todos los días, por supuesto. Tengo celular, tengo redes sociales, consulto información permanentemente. Wikipedia, Google, mapas, de todo. Soy bastante común y corriente en ese sentido, no soy un adicto, ni soy un erudito de la tecnología.
No me desvivo, tengo lo que todo el mundo tiene un celular una computadora y creo que nada más. Es como un complemento de la vida cotidiana, nada del otro mundo.
BRÚJULA: ¿Si tuvieras que decir algo que te moleste de tu profesión, qué sería?
ESTEBAN: No sé si es algo que precisamente me molesta de mi profesión, pero creo que hay algo medio endogámico en algunos casos en nuestro trabajo. Algo que nos hace hablar todo el tiempo de lo mismo. Entre actores digo, siempre estamos sumergidos en nuestra actividad y estamos un poco desconectados de la realidad. Hay cosas que tal vez son más ordinarias, pero nosotros no las vemos. Igualmente no generalizo, depende mucho las personas. Pero creo que es un peligro de la profesión, yo intento estar atento a esto y tengo un montón de escapes que no tienen que ver con mi trabajo.
Me he visto a mí mismo muy metido en eso y no me gustó. Intento conectarme con cosas ajenas al trabajo, como la naturaleza por ejemplo. Creo que es fundamental para un artista tener una vida real, normal, en contacto con la naturaleza y con otras actividades que sean bien diferentes, porque de eso nos nutrimos. Yo me preocupo bastante por eso. Intento estar siempre abierto y conectado.
BRÚJULA: ¿Qué estás haciendo en la actualidad y como ves el futuro?
ESTEBAN: En este momento estoy en Europa haciendo un espectáculo que se llama “Olvidémonos de ser turistas”, una obra del dramaturgo catalán Josep María Miró, es una coproducción entre Barcelona, Madrid y Argentina. Es una obra que reúne actores de Cataluña de España y de Argentina, y que habla un poco de las migraciones entre los dos continentes. Las migraciones emocionales sobre todo.
Es un espectáculo muy actual, sobre temas que están pasando en Europa y en América. Lo estuvimos haciendo en Barcelona desde noviembre hasta marzo, y luego fuimos a Madrid, donde estuvimos hasta junio, hasta hace unos días. Ahora volvemos a Buenos Aires, y lo vamos a hacer allí, en Montevideo y en Mar del Plata.
Por otro lado estoy por reestrenar un espectáculo que hicimos con Diego Velázquez dirigido por Ana Frenkel que se llama “Miedo”. Es un espectáculo de teatro físico, sin texto, y habla sobre el miedo.
Por último estoy cerca de una película, que se está por definir que sería a fin de este año. También estoy por grabar una serie pero no está definido el comienzo.