En agosto se inaugurarán el paso bajo nivel de Balbín, el túnel de nazca y un puente que conectará Villa Soldati con Lanús.
La circulación en la Ciudad de Buenos Aires resulta un problema central: mejorarla supone un ahorro considerable en el tiempo que los vecinos pierden en embotellamientos y circulación. Es sencillo: al perder menos tiempo de viaje, todos ganarían más tiempo para destinarlo a otra actividad. Por eso, en agosto se inaugurarán tres obras destinadas a agilizar el tránsito en la Ciudad.
Por un lado, el paso bajo nivel de Balbín cruzará las vías del ferrocarril Mitre a la altura de Estomba y la avenida Goyeneche. En total tiene 308 metros de extensión en cuatro carriles destinados a la circulación de automóviles particulares, tránsito pesado y colectivos. Por tal razón, se estima que unos 27 mil vehículos diarios circularán por allí. Además, tendrá pasos peatonales bajo nivel, así como escaleras y rampas aptas para discapacitados.
Por otra parte, el túnel de Nazca también se habilitará para su normal funcionamiento. Será uno de los más largos de la ciudad: en total 565 metros, que serán los que separan a Marcos Sastre de Pedro Lozano. Allí, por debajo de la Línea San Martín, circularán tanto vehículos de tránsito liviano, como también camiones y colectivos. Además, tal como en el paso de Saavedra, habrá un espacio destinado a la circulación peatonal, vigilado con cámaras de seguridad. Serán 22 mil los vehículos que se esperan en la circulación diaria. Se espera su inauguración para el 31 de agosto.
Por último, un cruce sobre el Riachuelo conectará Villa Soldati con Lanús. Se trata de una obra que unirá Capital con Provincia a partir de sus 147 metros de longitud. Su importancia radica fundamentalmente en su capacidad estratégica para descomprimir otros puentes que normalmente funcionan con circulación lenta. Tal es el caso del Nicolás Avellaneda, Pueyrredón, Bosch, Vélez Sarsfield, Uriburu y La Noria.