Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el mundo mueren más 1millón 250 mil personas en accidentes de tránsito. En la Argentina se producen casi un millón de siniestros viales, de los cuales un 20% son considerados de gravedad. ¿Cuál es el nivel de los problemas de tránsito en la ciudad de Buenos Aires?
La Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires reveló que en 2017 se registraron 9.000 siniestros viales, a un ritmo de un accidente por hora en el distrito. Una cifra que refleja un aumento de casi un 10% con respecto al año 2016. Este registro produjo 103 fallecidos en el lugar, de ellos 48 eran menores de 35 años, constituyendo los jóvenes el principal grupo etario amenazado por la problemática vial. Según las estadísticas, el 54% de los involucrados en los siniestros son menores de 35 años, constituyendo la franja de 25 a 29 años la más afectada con 1603 víctimas, siguiéndole la de 20 a 24 con 1414 y la 30 a 34 años con 1408 lesionados.
Según la ONG Conduciendo a Conciencia, los accidentes viales constituyen la primera causa de muerte en menores de 35 años. De las 103 muertes, las franjas de 20 a 24, 30 a 34 y más de 65 años comparten el lamentable liderazgo al poseer la mayor cantidad de perjudicados. Los motociclistas y los peatones encabezan el listado de víctimas fatales, representando casi las tres cuartas partes de los fallecidos.
Las esquinas más peligrosas de la ciudad de Buenos Aires están relacionadas con el cruce de avenidas y de estas con las autopistas. Se destacan por su alto nivel de inseguridad las esquinas de la Gral. Paz con las avenidas del Libertador y Constituyentes, los cruces de las avenidas 9 de julio y San Juan (coincidente con las bajadas de la autopista), Santa Fe y Juan B. Justo, Cabildo y Juramento, y las intersecciones de Rivadavia con las avenidas Acoyte y Pueyrredón.
Además de la inaceptable gravedad del costo humano que se produce con cada siniestro, existe un costo en dinero, que por cada lesionado grave en un accidente de tránsito está considerado en promedio en los 37.000 dólares.
Entre las razones que promueven esta oscura realidad están: El aumento del parque automotor, el consumo de alcohol, y la disminución de controles y campañas de prevención. En cuanto a este último ítem se destaca que prima el sentido recaudatorio y no el preventivo en las políticas oficiales, y la carencia de Educación Vial en las Escuelas. Esta falta de educación deriva en las conductas que alimentan la tragedia: El exceso de velocidad, el consumo de alcohol, el cruce por lugares inadecuados y la falta de comprensión por parte de automovilistas y motociclistas de que tienen un arma en sus manos. En la ciudad se suman; un tránsito desbordado, estacionamiento sobre los dos cordones de la calle y ciclovías en doble mano que terminan en ningún lugar. La única medida de ordenamiento del tránsito implementada en los últimos años es la que se deriva de la construcción del Metrobús. Por último, aparece la pregunta obvia que surge cada vez que uno analiza las cifras de esta tragedia evitable ¿Por qué se fabrican vehículos que van a más de 200 kilómetros por hora si la velocidad máxima en rutas y autopistas es de 130 Kms/hora?