Uno de los espacios deportivos más amplios tiene lugar en la comuna 6, más precisamente en el Parque Centenario.

La actividad física no sólo ayuda a mejorar el estado del cuerpo. En ese ejercicio, la mente encuentra nuevos espacios de reflexión y liberación. Si a eso se le suma una conexión natural en un entorno verde, cuidado y amigable, la experiencia será completa. Los gimnasios al aire libre distruidos en plazas y parques de toda la Ciudad resultan ideales para poder completar esas tres partes del objetivo.

Durante el 2018, la Secretaría de Atención y Gestión Ciudadana puso en valor unos 34 espacios verdes. Según comentó Facundo Carrillo, quien forma parte del equipo del Gobierno de la Ciudad encargado de la transformación de los espacios verdes,  “Las plazas de la Ciudad, además de ser un punto de encuentro, recreación, participación e integración social, son espacios que los vecinos utilizan para mantener una vida saludable y activa a través del deporte”.

Uno de los espacios deportivos más amplios tiene lugar en la comuna 6, exactamente en el Parque Centenario. Este sitio, al igual que el Parque Avellaneda y el Tres de Febrero, durante 2018 fue equipado con nuevas instalaciones destinadas al ejercicio aeróbico. Eduardo Macchiavelli, responsable del Ministerio de Ambiente y Espacio Público, comentó: «Seguimos trabajando en una Ciudad a escala humana que le permita a los vecinos sentirse parte de ella y puedan encontrar su lugar. Las postas aeróbicas brindan un espacio de recreación y de disfrute del espacio público».

Los espacios deportivos en cuestión están conformados por postas deportivas de unos 155 metros cuadrados. Allí se alojan aparatos de ejercicio integral tales como caminadoras, dorsaleras, elípticos dobles, simples, flotadores dobles, remos dobles, volantes chicos cuádroples, twisters triples y otros aparatos especialmente acondicionados para trabajar el cuerpo.

La suma total de espacios disponibles ya asciende a 151 a lo largo y ancho de la ciudad. Solamente hace falta calzarse ropa cómoda, asomarse a la plaza y poner a circular la sangre.