El Ministerio de Justicia de la Nación y el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires llegaron a un acuerdo y trasladarán el complejo carcelario de Villa Devoto a la localidad de Marcos Paz en la provincia de Buenos Aires. Los vecinos del barrio estarán contentos ante la promesa de que en un par de años se finalizará con el añorado traslado de la penitenciaría instalada entre las calles Bermudez, Nogoyá, Desaguadero y Lozano desde el año 1927, cuando ésta todavía era una zona periférica y poco habitada de la ciudad.

El proyecto promete que luego de la erradicación del penal; el terreno cercano a los 60.000 metros cuadrados se utilizará en un 65% para la creación de un espacio verde y en un 35% para la construcción de viviendas de hasta 5 pisos. El fabuloso negocio inmobiliario que se pondrá en marcha financiará la construcción del nuevo predio de Marcos Paz. Basta pensar que el precio del metro cuadrado de terreno en el barrio de Villa Devoto ronda los 1.200 dólares y el de la localidad bonaerense los 12 dólares. Lo que requerirá de parte de los organismos de control de la ciudad una mayor atención que la que suelen tener normalmente para que las obras se realicen con la transparencia necesaria. La opacidad de este emprendimiento ya tiene una primera página dada porque originalmente en el año 2011 se había previsto el traslado de la cárcel a 120 kms en la localidad de Agote, pero las obras se detuvieron por unos meses en 2016 y luego se retomaron previendo su finalización para este año. En el anuncio efectuado por el Jefe de Gobierno y el Ministro de Justicia, no se explicó porque se dejó de lado esta primera opción, ni a cuánto asciende el costo de la obra abandonada que deberemos pagar.

No sólo los deseos de los vecinos y sus incomodidades están en juego en la toma de esta decisión. Una de las razones por las que este traslado se demora desde hace años es por la resistencia que ponen el Servicio Penitenciario, el Poder Judicial y los propios presos para realizarlo, dado que la distancia de los tribunales en la Capital y la Penitenciaría, que se ubicaría ahora a más de 60 kilómetros, genera una complicación evidente de la operatoria burocrática y los trámites que estas causas generan. Abogados, agentes penitenciarios, detenidos y familiares (muchas veces con niños y adultos mayores) trasladándose durante 4 horas en la madrugada para llegar temprano al penal o tribunales. La mayoría de los 1800 presos, sus abogados y vigías vive en esta ciudad o alrededores.

Otra cuestión de la que no suele hablarse es que la Ciudad de Buenos Aires está obligada a partir de la Reforma del Código Penal de 1994, y mucho más desde que controla la Policía de la Ciudad, a generar sus propios establecimientos carcelarios y su propio servicio penitenciario para contener a los presos que se están generando en el distrito para dejar de depender del ámbito Federal. Parece ser que el distrito más rico del país pretende hacer con sus presos, lo mismo que hace con la basura: Deja que otros se hagan cargo. Patea los problemas hacia adelante y lo resuelve con la billetera. Pero más temprano que tarde deberá enfrentar la cuestión y construir un establecimiento penal en la ciudad ¿Lo establecerá en la zona céntrica o Retiro cerca de los Tribunales como debería ser o será algún barrio humilde y periférico el destino elegido? ¿La Gloria o Devoto?