A fines del mes de julio comenzó a correr el rumor de que el mítico Estadio Luna Park de la ciudad de Buenos sería vendido por la Iglesia Católica, su actual propietaria, a un grupo inversor europeo, para que en su lugar se construya un edificio de oficinas de 40 pisos. En épocas en que las fake news y las operaciones mediáticas están a la orden del día, no se termina de saber si este trascendido está basado en datos ciertos o si se trata de una forma de presión para lograr la venta del inmueble.

El Luna Park es el tradicional estadio cubierto de la ciudad de Bueno Aires, ubicado en la calle Bouchard y Corrientes, en el Bajo porteño.  Fue fundado en 1931  por Ismael Pace y  Pepe Lectoure. La construcción estuvo a cargo del arquitecto de origen húngaro Jorge Kálnay quien lo dotó de una capacidad para 9.200 espectadores. Antes, había funcionado sobre la calle Corrientes, cerca del Obelisco. Fue sede de los Juegos Panamericanos de 1951, dos Campeonatos Mundiales de Básquet, dos Campeonatos Mundiales de Voley y de muchísimas veladas boxísticas en las que estuvieron en juego títulos mundiales y sudamericanos, protagonizadas entre otros por Pascualito Perez, Horacio Acavallo, Carlos Monzón, Nicolino Loche y Oscar Ringo Bonavena.

Allí se velaron los restos de Gardel, se conocieron Perón y Evita, y se casó Diego Maradona. Allí reapareció, luego de ser prohibido por la dictadura, Joan Manuel Serrat, Sui Generis hizo su mítico recital de despedida y los fanáticos de La Pesada del Rock hicieron un desastre luego de que su líder Billy Bond dijera: “¡Rompan todo!”. El estadio, además, fue sede de los más variados espectáculos nacionales e internacionales desde Los Harlem Globetrotters, hasta el patinaje sobre hielo del Holidays on Ice, pasando por las comedias musicales de Pepito Cibrian.   Albergó una buena parte de la historia deportiva y cultural argentina del siglo XX.

Durante varias décadas fue administrado por Tito Lectoure, quien en nombre de su tía y propietaria Ernestina Devecchi de Lectoure, manejó el lugar convirtiéndolo en un hito representativo de la ciudad. Con la muerte de Tito en 2003, y luego de algunas disputas, se hizo cargo de la administración su sobrino  Esteban Livera quien tuvo que buscar apoyo oficial para tratar de conservar el funcionamiento del espacio en tiempos difíciles y con otros parámetros culturales, así fue como en 2007 logró que el entonces presidente Néstor Kirchner, nombrara al edificio Monumento Histórico Nacional, y consiguiendo la protección que dicho nombramiento conlleva. Al morir la dueña en 2013, la propiedad, por testamento, pasó a manos de la Iglesia Católica en un 95% quedando el resto para la familia Lectoure, que finalmente terminó vendiendo su parte a la Institución religiosa.    

La crisis que atraviesan las arcas de la Iglesia Católica argentina ha llevado a la aparición de rumores acerca de la existencia de un interés por deshacerse del lugar. En abril de 2015, el productor televisivo, ligado al Grupo Clarín, Adrián Suar y su hermano, hicieron llegar al Papa Francisco una oferta para transformar al lugar en un Centro Ecuménico Multi- Religioso, pero la idea no prosperó.

Ahora, el diario Clarín ha lanzado la noticia de que un grupo inversor europeo ha ofertado más de 40 millones de dólares para construir allí un edificio de oficinas, de ser cierta la oferta, para concretarse deberá conseguir, además del dinero, que  la Comisión de Patrimonio Cultural cambie la preservación estructural del edificio y la histórica fachada y que la Ciudad modifique la zonificación de la manzana, declarada Área de Protección Histórica, reformando el Código Urbanístico. Difícil, pero en tiempos de fake news y operaciones de prensa, todos los negocios son posibles.

Eduardo de la Serna