Desde hace 7 años los vecinos de la Comuna 11 reclaman un tomógrafo para el Hospital Zubizarreta de Villa Devoto. En las últimas elecciones de octubre, el jefe de gobierno, en su campaña por la reelección, presentó una plataforma de futuras realizaciones para cada Comuna, incluyendo al citado aparato en la que corresponde a la nuestra. Al resultar triunfador en las elecciones dijo en su discurso: “Saben que lo que prometo lo cumplo”. No parece ser este caso un buen ejemplo.
En el año 1987, en el momento más álgido de la rebelión de los militares carapintadas contra el gobierno democrático del presidente Raúl Alfonsín, desde los voceros oficiales estuvieron varios días prometiendo la llegada de un regimiento de tanques al mando del general Alais para reprimir a los sediciosos. Pero la columna que debía recorrer una distancia de 250 kilómetros, avanzaba uno y retrocedía dos. Lo que hizo que nunca llegara a destino y convirtiera al nombre de este general (luego condenado por delitos de lesa humanidad) en un personaje sinónimo de promesa que nunca llega. ¿Será un “General Alais” el que está trayendo el tomógrafo para el Hospital Zubizarreta?
El reclamo, que lleva por lo menos siete años, no sólo ha sido realizado por todas las organizaciones vecinales e instituciones habidas y por haber en la comuna, sino también por vecinos particulares, quienes han utilizado diversos mecanismos y formatos, como incluir el pedido en el programa Buenos Aires Elige o en las solicitudes que se realizan a través de internet por medio de la organización Change.org. Ninguno ha tenido éxito. En 2016, el actual Jefe de Gobierno se comprometió a incluirlo en el presupuesto y reparar el desinterés de su antecesor, pero el tomógrafo nunca llegó. El Zubizarreta tuvo la refacción de su sala de guardia y entrada de ambulancias, tal como se ha hecho en muchos de los hospitales públicos de la ciudad. Arreglos cosméticos, de forma, que intentan dar una imagen de gestión interesada por la salud, cuando en realidad lo que sucede es exactamente lo contrario, los centros médicos porteños se han ido vaciando con un grave deterioro en su equipamiento e infraestructura. En la zona, no sólo el Hospital de la calle Nueva York (uno de los tres más importantes en la ciudad en cuanto a cantidad de urgencias y emergencias que atiende) carece de Tomógrafo, tampoco lo tienen ni el Hospital Álvarez, ni el Vélez Sarsfield. El Hospital de Niños Pedro de Elizalde hace varios meses que reclama la llegada de uno nuevo ante la rotura del viejo aparato.
Un tomógrafo de alta calidad cuesta menos de 100.000 dólares (también mucho menos dependiendo de las características) y salva vidas humanas todos los días del año, ya que es una herramienta fundamental para las primeras horas de atención de los accidentados. El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires paga 20 gerentes y subgerentes dedicados a las “Obras en vías peatonales” porteñas, que a su vez, para hacer su trabajo, necesitaron en 2017 contratar consultoras por 750.000 dólares.
¿Cuántas personas murieron en estos últimos siete años por esta desidia del Gobierno Municipal? Eso sí, debemos estar contentos porque las veredas de la calle Cuenca, aledañas a la Estación Villa del Parque, hoy están todas arregladas.