Por Fidel Missio
El ejercicio de avistar aves trae consigo beneficios que no conocemos. A partir de la cuarentena aparecieron muchas aves que al encontrar tranquilidad eligen nuestros jardines, terrazas y plazas. Desde casa podemos incentivar a que nos visiten.

Gavilán registrado en el barrio de Villa Devoto - Comuna 11
¿Alguna vez miraron con detenimiento al cielo para ver qué aves están cerca?
Nos rodean todo el tiempo, por la mañana acompañan con sus cantos coloridos mientras preparamos el mate. Las aves son sinónimo de vida, de música y de bienestar. Observarlas es encontrar un momento de armonía que en la ciudad es difícil encontrar, pero ellas nos invitan a disfrutar y a descubrir que nosotres también somos naturaleza. Desde nuestro hogar podemos incentivar a que nos visiten generando un ambiente propicio para su desarrollo como plantas específicas, cuerpos de agua, comederos. Algunas de las especies que vuelan por nuestros barrios son Zorzal, Torcaza, Calandria, Benteveo y Gavilán.
Al comienzo de la cuarentena estricta donde las calles del barrio y de la ciudad parecían las de un pueblo a la hora de la siesta, pudimos identificar algunos indicadores que nos reflejaban una mejora para el medio ambiente citadino. Cielos azules, sin smog, una notable disminución de la contaminación sonora y la presencia de muchas aves que, al encontrar tranquilidad, eligen nuestros jardines, terrazas y plazas. Esto permite no solo encontrarnos con nosotres mismes, sino que también comenzar a ver lo que nos rodea.

En el oeste de la ciudad aun podemos disfrutar de barrios con casas bajas, con muchos espacios verdes y sin demasiado movimiento lo que permite que la biodiversidad se manifieste. Buenos Aires es una de las capitales del mundo con mayor biodiversidad y presencia de aves: hay registradas más de 300 especies. Podemos encontrar desde una simpática lechuza como el Caburé chico hasta un ave rapaz de más de 50 cm de alto con garras muy afiladas, como es el Gavilán mixto o el Carancho.
Estas aves son beneficiosas ya que controlan poblaciones como las palomas y ratas que resultan un problema para les vecines. Expulsados de los campos donde el monocultivo les quitó su ambiente natural, se vieron obligadas a migrar en busca de comida y la ciudad fue una oportunidad para encontrarla. Solo que, para avistarlas hay que estar muy atentes. En el parque de la Agronomía, uno de los pulmones verdes más importantes de la ciudad, se pueden identificar por encima de 130 especies de aves.
El ejercicio de avistar aves trae consigo beneficios que no conocemos:
Como terapia: En estos tiempos de emergencia, es útil para disminuir el estrés, concentrarse y bajar la ansiedad.
Sincronizar la respiración: Para ver las aves tienes que estar en calma, automáticamente tu respiración mejora y se sincroniza. Similar al estado que encontramos al hacer yoga.
Entrenar el cerebro: Desarrollas conexiones neuronales al enfocarte en la concentración de observar o escuchar los cantos.
¿Como identificar el ave que estoy viendo? Existen muchos métodos tecnológicos para acercarnos a este mundo.
Por ejemplo existen páginas de Facebook de clubes de observadores de aves en distintas localidades donde hay aficionados, por ejemplo en Villa del Parque es el “COA CABURE”.
También hay aplicaciones para celular. En la aplicación de Aves argentinaS podemos buscar sus cantos, distribución, características. Esto facilita mucho cuando al encontrar un ave queremos saber cuál es.
Páginas de internet: el Gobierno de la Ciudad publica imágenes donde señala las principales aves de la ciudad con foto y características. Eco registros: allí los usuarios comparten las aves que avistaron haciendo el ejercicio de ciencia ciudadana.
Para avistar aves es recomendable utilizar binoculares, pero si no se dispone de los mismos, tan solo agudizando la vista y prestando especial atención podremos encontrar variadas especies en nuestro barrio. Con una cámara de fotos que tenga zoom podremos registrar a estos plumíferos tan pintorescos.