El Jefe de Gobierno porteño tuvo una notable exposición mediática hace algunos años cuando inauguró con bombos y platillos una pileta en la costanera del Río de la Plata que sólo era papel pintado. En los últimos tiempos otra pileta, la de la Escuela pública Álvarez Thomas, en el Barrio de Villa Pueyrredón, le está quitando el sueño y amenaza con hundirlo en un escándalo.
La Escuela Pública Álvarez Thomas, ubicada en la calle Terrada 3983, en el barrio de Villa Pueyrredón, es una de las más buscadas por las familias de la ciudad de Buenos Aires, las razones de este interés son varias: Es una de las 4 escuelas públicas de la ciudad que tiene natatorio propio, tiene un servicio de comedor autogestionado que es de mejor calidad que el provisto por la ciudad (que en los últimos tiempos ha recibido numerosas denuncias por su deficiencia) y ofrece un amplio listado de talleres extracurriculares a los alumnos, todo esto gracias a la labor de una Asociación Cooperadora que desde hace muchos años realiza una actividad incansable en pos del beneficio de su comunidad educativa.
A partir del año 2017 la escuela comenzó su controversia con el Ministerio de Educación Porteño por la pileta. Al ajustar el gobierno el presupuesto educativo y dar por terminados algunos contratos con otros natatorios, decidió aumentar la cantidad de colegios que tomaran clases de natación en la pileta del Álvarez Thomas, provocando con esta decisión que los alumnos de nivel inicial de la escuela perdieran la posibilidad de utilizar el natatorio. A partir de entonces la relación con la comunidad educativa del “Alva” entró en un conflicto que fue escalando en su intensidad. Los padres reclamaron ante las autoridades pero no fueron escuchados, a pesar de esta negativa, no se quedaron de brazos cruzados; denunciaron el accionar del gobierno municipal ante los medios y se movilizaron para protestar, al mismo tiempo reclamaron judicialmente la decisión. Durante todo este tiempo la tensión entre ambas partes fue creciendo y en 2019 el Ministerio decidió hacer una auditoria sobre la Cooperadora objetando que se cobraran los talleres extracurriculares y que se contrataran docentes para esa tarea, objeciones que fueron rebatidas por los padres quienes argumentaron que la ley vigente les permite instrumentar los talleres tal cual los han implementado. Aunque el cuestionamiento central del gobierno está centrado en la tenencia por parte de la Cooperadora de un fondo de más de 24 millones de pesos, una cifra extraordinaria para una cooperadora escolar, que viene siendo juntada desde el año 2012, sin que hubiera hasta ahora ningún reclamo de las autoridades, con la idea de construir un gimnasio. Según los padres sería la primera vez en la historia que se cuestiona que sobre el dinero de una cooperadora y no que falte. La decisión judicial, producida unas semanas atrás, de darles la razón a los padres y evitar la expropiación de la pileta, desencadenó la reacción desmedida del gobierno porteño. Decidió intervenir la Asociación cooperadora, enviando a un interventor con antecedentes de haber disuelto las cooperadoras del Lenguas Vivas y de la escuela República de Panamá, también en Villa Pueyrredón. Los padres están dispuestos a resistir esta intervención y acusan a las autoridades de concretar una venganza administrativa luego del revés judicial que sufrieron. Dicen que quieren disciplinarlos, disolviendo un proceso exitoso de autogestión comunitaria, no sólo quedándose con la pileta, sino también con el negocio del comedor para sus proveedores y sobre todo con el fondo millonario de la Asociación.
Durante su gestión, Rodríguez Larreta se encargó de minimizar la injerencia de las Cooperadoras escolares en el sistema educativo porteño, no contento con eso, ahora quiere destruir a la más exitosa de todas ellas porque se atrevió a enfrentarlo.