La Oficina Anticorrupción denunció en la Justicia al ex presidente Mauricio Macri y a varios de sus funcionarios, entre ellos a Marcos Peña y Rogelio Frigerio por una gran maniobra fraudulenta realizada con la venta de propiedades del Estado en todo el país. En la Ciudad de Buenos Aires se destaca la venta de los terrenos ubicados detrás del Hotel Sheraton, en Catalinas Norte, a la entrada de Puerto Madero.
Cuenta la leyenda que en la década del cuarenta, una joven trapecista llamada Catalina entusiasmaba al público porteño desde un circo situado en el barrio de San Telmo, no muy lejos de la zona de Retiro. Su madre, su abuela y su bisabuela habían muerto en accidentes en el trapecio y cada vez que salía a la pista para hacer su número, el público le gritaba; “¡Agarrate Catalina!” para que la muchacha se asiera con firmeza. La frase se empezó a hacer famosa entre los concurrentes al circo y con el correr del tiempo se popularizó de tal manera que en cualquier lugar de la ciudad se la repetía como símbolo de tomar precauciones ante una situación que se suponía podía ser complicada, o riesgosa. Posiblemente cuando el ex presidente Macri les dijo a sus amigos y parientes que se agarren Catalinas no se los dijo pensando en la joven acróbata del siglo pasado, sino en las 6 manzanas ubicadas junto al edificio Catalinas en Retiro, en una de las zonas más ricas de la ciudad. Los terrenos fueron adjudicados en subastas muy particulares en las que participaba un solo oferente o a veces dos que se turnaban para ganar con ofertas que se encontraban muy por debajo del valor puesto por el Tribunal de Tasación. Se calcula que la defraudación al Estado que han producido estas ventas a precio de ganga es de 74 millones y medio de dólares. Entre los beneficiados con este ofertón aparecen nombres muy conocidos en estas lides: Nicolás Caputo (el amigo del alma del ex presidente), Edmond Safra, (primo de Eduardo Cohen Watkins, el dueño de la casa de Villa la Angostura y las reposeras donde Macri suele descansar y dueño del Banco Safra, donde descansan los dólares de la familia Macri en Suiza), la familia Blanco Villegas (rama materna del ahora funcionario de FIFA) y varios aportantes de importancia a la campaña de Cambiemos.
La denuncia promovida por la Sindicatura General de la Nación (SIGEN) y llevada ante la justicia por la Oficina Anticorrupción (OA), recayó en el juzgado de Julián Ercolini (un juez poco proclive a fallar contra los intereses del macrismo) y en el fiscal Ricardo Pollicita. Pero el fiscal se declaró incompetente porque aduce que hay otra causa similar anterior que se tramita en el juzgado del juez Martínez de Giorgi. El expediente en cuestión fue generado debido a una denuncia de la CTA y otras organizaciones sociales por la cesión de terrenos que el gobierno nacional de Mauricio Macri le hizo al gobierno de la ciudad de Horacio Rodríguez Larreta, a fines de 2019 ya con las elecciones perdidas, entre los que se encuentran amplios playones ferroviarios en Caballito y Palermo.
Esta situación de competencia entre los dos jueces puede provocar una demora incierta en el avance de las causas pero no logra enmascarar la clara malversación que el gobierno de Juntos por el Cambio ha hecho con los bienes del Estado nacional durante su gobierno, generándole un grave perjuicio económico al erario público en beneficio de amigos, familiares, adherentes y socios políticos, Daño que ya fue anticipado por aquella pintada de 2015 en una esquina del sur de la ciudad que decía; “Votar a Macri en nombre de la lucha contra la corrupción es como tener relaciones sexuales en nombre de la virginidad”.