La aparición del Coronavirus ha generado un sinfín de dudas e incertidumbres en el mundo. Éstas, a su vez, han motivado discusiones políticas de diversa intensidad en todos los países. Claro que las especulaciones políticas y económicas alrededor de un tema tan delicado como la salud de la población resultan indignantes a la gran mayoría, mucho más si vienen entremezcladas con la niñez y la educación. La pregunta ¿Clases presenciales o virtuales en medio de la pandemia? se ha escuchado en todos los idiomas, pero en ninguno la controversia ha sido tan ríspida como para terminar en el terreno judicial, tal como ha sucedido aquí, en la ciudad de Buenos Aires.

La medida de cerrar las escuelas durante el avance de la segunda ola de contagios del virus ha sido tomada en muchos países occidentales con gobiernos neo liberales en el poder: Alemania, Uruguay, Francia, Chile, Inglaterra, Israel, Italia, Países Bajos, entre otros, han tomado esa medida sin tener en el gobierno a una líder mesiánica, un dictador fanático o “un comunista cercenador de libertades”, lo han hecho porque resulta obvio que el agrupamiento para el dictado de clases y el movimiento social que se genera alrededor de este hecho, contribuyen a esparcir el virus en la población en un momento expansivo de la epidemia. Por otra parte, así lo aseguran la mayoría de los expertos sanitaristas del planeta.

En la Argentina hay más de 120 menores de edad muertos por COVID.

La doctora María Rosa Bologna, Jefa de Epidemiología e Infectología del Hospital Garraham de la ciudad de Buenos Aires afirma que durante los meses de marzo y abril (desde que se iniciaron las clases presenciales) se produjo un aumento del 450% en la cantidad de menores de 20 años infectados con el virus. Tanto el Hospital Garraham como el Gutierrez, ambos hospitales porteños específicos para menores, tienen el 100% de sus salas Covid ocupadas

En el país, desde que se habilitaron las clases presenciales se produjeron más de 30 muertes. entre docentes y auxiliares. La provincia de Jujuy encabeza el listado con 10 muertos. En la ciudad de Buenos Aires, dentro del personal educativo, se produjeron 5 muertes.

Estos datos provocan algunas preguntas: ¿Por qué razón el gobierno nacional y los gobiernos provinciales promovieron las clases presenciales en todo el país cuando ya la segunda ola había llegado al continente y se preveía  con nitidez que el aumento de casos sería explosivo? ¿Por qué los gremios docentes aceptaron dictar clases presenciales sin exigir a los gobernantes que todos los trabajadores de la educación estuvieran vacunados antes de comenzar el ciclo lectivo? Aún hoy en la provincia de Jujuy, los maestros tienen que autoconvocarse para reclamar por el cese de clases presenciales, porque los sindicatos siguen mudos ante las autoridades a pesar de los muertos. Tarde, el presidente Fernández promovió un decreto, para que el AMBA regresara al dictado de clases virtuales y para demostrar que es el líder opositor, el Jefe de Gobierno de .la ciudad desoyó la norma amparándose en su propia justicia ¿Qué mezquino cálculo político lo llevó a seguir poniendo en riesgo la vida de niños, jóvenes y trabajadores?¿Habrá sido empujado por la interna partidaria y el coro de disparates COVID que han emitido y emiten los suyos a diario; desde el envenenamiento hasta cambiar vacunas por las Islas Malvinas, siempre pasando por el descarado y sospechoso lobby para que se compren vacunas de un determinado laboratorio norteamericano. La verdad es que el rol de adalid de la educación presencial no parece ajustarse a la historia de Horacio Rodríguez Larreta, por más que ahora rompa protocolos y burbujas para visitar jardines de infantes. En 2015, cuando asumió su gestión, en pesos constantes la inversión por alumno era de 194.062 $, el salario docente de 44.280 $ y el esfuerzo educativo un 22,2%, mientras que en 2021 la inversión por alumno cayó a 142.051 $, el salario docente a 38.735 y el esfuerzo educativo a 17,2%. Es decir que su gestión educativa ha sido lamentable, provocando una desinversión constante en el sector. Por más que quiera convertirse en un nuevo Sarmiento, no puede disimularlo, los números son lapidarios. Llega a este momento del año 21 habiendo dado de baja licitaciones para refacciones y ampliaciones de escuelas previstas para los próximos meses, por 528 millones de pesos y habiendo vacunado apenas al 15% de los docentes del distrito. Podría decirse entonces; que en temas de educación; más que un emblema de la presencialidad, el jefe de gobierno porteño es un reconocido ausente con aviso.

Eduardo de la Serna