Editorial por el equipo de La Brújula Barrial
Cuenta la leyenda popular que, en el mes de junio del año 2021, la revista “La Brújula Barrial” llegó a la edición impresa número 100 y la celebración fue inédita. Vecinas y vecinos salieron a las calles a vivir una fiesta barrial sin precedentes donde la música, la lectura y el vino fueron sinónimo de hermandad… Es verdad que algunos pocos aburridos niegan este suceso barrial bajo el argumento de que por esos tiempos había un virus maldito jediéndolo todo.

Para entender un poco más sobre este incierto festejo popular, hagamos algo de historia: La revista fue fundada por dos amigos del barrio en el año 2012, que buscaban alguna forma divertida y con impronta propia de generar un ingreso en sus años de juventud. Fermín y Mateo, quienes se conocieron en la escuela primaria “La Ortiz”, comenzaron este proyecto a sus 20 años de edad proponiendoles, por aquel entonces, a las carnicerías, tiendas de ropa, restaurantes, etc. que se sumaran al sueño de crear una publicación barrial independiente.

La excusa de la revista les sirvió para introducirse en mundos apasionantes: historia de la Ciudad, personalidades de la cultura argentina, proyectos culturales, personajes y leyendas barriales, entre otros. La primera entrevista fue a Rodrigo de la Serna, en mayo de 2012. Con esa importante nota de tapa salieron a llenar los espacios publicitarios durante junio y julio para poder lanzar el primer número de la revista en agosto del mismo año.

Al principio solo costearon la impresión, pero más adelante, muchas vecinas y vecinos les escribieron para felicitarlos por la producción editorial. Así fue que comerciantes y profesionales comenzaron a confiar en dos jovencitos carismáticos. Para el 2014 ya habían duplicado la cantidad de ejemplares emitidos por mes y la tapa de la revista pasó de blanco y negro a color. Muches colaboradores se sumaron a la revista, aportando sus notas, cuentos, entrevistas y más, para enriquecer el contenido del medio.

En 2015, atravesaron una crisis importante por la devaluación del peso, que generó un impacto fuerte en el papel. Estuvieron a punto de dejar de imprimir ya que los números no cerraban. Pero se sostuvieron con las ganas y la pasión que los caracterizaba. Afortunadamente en 2016 dieron un salto importante ingresando al Registro de Medios Vecinales, un registro del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires que contiene a los medios barriales que cumplen ciertos requisitos para pertenecer. Esto les generó mayor formalidad, estabilidad y permitió un crecimiento sostenido.
En el mismo año conocieron a unos locos lindos llamados Patricio Cerminaro, Ailén Aiani y Guillermo Cerminaro, quienes fundaron “La Brújula Barrial” en la Comuna 6. Esto alentó aún más al proyecto, porque la revista funcionaba con éxito en otra Comuna de la Ciudad, a su vez, otres compañeres se sumaban al equipo de trabajo. Todo se hizo más fácil y también más divertido.

Cuando llegaron al número 100 se preguntaron cuál era el sentido de hacer una revista cultural-barrial impresa y entre todes les presentes se miraron a los ojos y, mágicamente, sin decir una palabra, salieron a las calles a vivir una fiesta barrial sin precedentes donde la música, la lectura y el vino fueron sinónimo de hermandad.
