Existe la creencia, nunca confirmada, de que fue la periodista italiana Oriana Fallaci la que acuño la frase “Los argentinos tienen un enano fascista adentro” en una entrevista que le hizo al general Galtieri en plena guerra de Malvinas. Más allá de quien haya sido autor/a de la frase, no se puede negar que coincide con el pensamiento del argentino promedio, en creer que somos los inventores de todo lo bueno o lo malo que anda dando vueltas por el mundo.
Pasamos de “Dios es argentino” a “Éste país (como si fuera ajeno) es una mierda”. Está claro que el fascismo es internacional y no lo inventamos nosotros. Justamente a fines de octubre se cumplieron 100 años de la Marcha sobre Roma de los “Camisas negras” y sus fusiles, para usurpar el poder y entronizar a Benito Mussolini en el gobierno de Italia. En los últimos años el crecimiento de las ideas fascistas se ha notado con nitidez en buena parte del planeta. La violencia cómo única respuesta a los problemas sociales y políticos, la eliminación del adversario, de los diferentes, de las minorías, aparece como la solución más factible para resolver los conflictos. No es sólo la guerra entre Rusia y Ucrania (Dos gobiernos de corte fascista) En Europa, América y Asia los discursos de una derecha radicalizada toman cada vez más impulso. Ganen o pierdan elecciones, cada vez suman más adeptos. El sistema democrático está en crisis. Los gobernantes elegidos parecen prisioneros del poder económico. No dan respuesta a las demandas populares y el fascismo aparece como una solución mágica en medio de tanto desencanto. Argentina no es la excepción, todo el arco político del centro a la derecha está compitiendo por ver quién da el discurso más reaccionario, quien reprime mejor. La derecha liberal parece dispuesta a encabezar la nueva marcha fascista. Las medidas tomadas en los últimos meses por el Jefe Gobierno porteño en su faceta de candidato a la Presidencia de la Nación son una clara muestra de los tiempos que corren. La persecución a opositores se ha convertido en el pasatiempo preferido de Horacio Rodríguez Larreta, usando al poder judicial que está bajo su control, como ariete y máscara de su pretensión totalitaria. Como ya hemos dicho, en la ciudad de Buenos Aires, se da la paradoja de que un gobierno liberal organice la esclavitud en su distrito, ya que el proyecto ACAP, organizado por el ministerio de educación porteño que encabeza Soledad Acuña, no es otra cosa que la esclavización de miles de estudiantes, que se ven obligados a trabajar gratis, para empresas privadas, en su mayoría multinacionales con ganancias millonarias en dólares, existiendo en casi todos los convenios de trabajo, las categorías de pasantes, aprendices o similares que contemplan la situación salarial de aquellas personas que están en situación de aprendizaje ¿¡Cómo es posible que esto se realice a la vista de todos y no sea un escándalo!? ¿¡Cómo es posible que los ciudadanos porteños lo hayamos permitido!? ¿¡Cómo es posible que padres y madres dejaran que sus hijos e hijas fueran colocados en esta situación de explotación!? Y ahora, cuando los estudiantes deciden mostrar su desacuerdo con ésta y otras condiciones de estudio que les impone el sistema educativo porteño, el gobierno responde enjuiciando a los padres de los adolescentes que participaron del reclamo y demandándolos por más de 50 millones de pesos. En síntesis; una joyita del autoritarismo: “Te esclavizo y si te quejás; le quito los bienes a tu familia”. La misma persecución judicial, de la que es objeto la ONG “Basta de Demoler”, una organización que intenta impedir la dilapidación de terrenos e inmuebles históricos de la ciudad, que esta administración propone sin descanso, en pos del negocio inmobiliario de las empresas amigas. La ONG ha sido demandada por el gobierno de Larreta por 24 millones de pesos, por haber logrado que la justicia ¡Hace 10 años! impidiera que la estación del subte H “Plaza Francia” se construyera en el terreno de la plaza Alvear en Recoleta, y conminara al gobierno municipal a realizarla enfrente, junto a la Facultad de Derecho. No sólo la ONG ha sido demandada, también los ciudadanos Sonia Berjman y Santiago Pusso que impulsaron en su momento el amparo judicial ¡Parece increíble, pero es cierto!. No es la Alemania de Hitler, la Rusia de Stalin o la Italia de Mussolini. Hablamos de aquí y ahora. Mientras nosotros miramos “Gran Hermano”, el enano fascista toma la sopa y no para de crecer.
Eduardo de la Serna