En una ciudad cada vez más prohibitiva, un proyecto de ley propone que los establecimientos gastronómicos puedan cobrarle a quienes no sean clientes y deseen utilizar el baño.

Hace algún tiempo, la aparición de cerraduras electrónicas para evitar el ingreso de los no-clientes a los baños de algunos establecimientos porteños había generado polémicas. De hecho, el Defensor del Pueblo, Alejandro Amor, había comentado que eso estaba prohibido por la ley y, desde entonces, la tendencia parecía ir en baja.

Ahora, un proyecto presentado en la Legislatura Porteña no busca erradicar del todo esa tendencia, sino todo lo contrario. El texto presentado por el legislador Sergio Abrevaya busca instituir que los bares y restaurantes tengan la posibilidad de cobrar el uso de baños a aquellas personas que no hayan consumido. Porque, aunque algunos lugares lo prohíban, vale la pena recordarlo: en la actualidad está permitido por ley su libre uso.

Según el texto oficial, los espacios gastronómicos podrán cobrar un equivalente al valor de media Unidad Fija, es decir, la unidad establecida por el Gobierno Porteño para calcular subsidios y salarios. Por poner un ejemplo, si se aprobara hoy, el costo por usar un baño en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires sería de $10.

Además, el escrito establece que “las instalaciones sanitaria deberán contar con productos de higiene como contraprestación a ese pago, como jabón, papel higiénico, secamanos, y deberán estar en buenas condiciones de limpieza y uso”. Se explica también que jubilados, pensionados, menores de 16 años, embarazadas, desempleados y personas con discapacidad quedarán exentos del pago del abono.

Si bien por ahora se trata solamente de un proyecto –que por su simple aparición ya ha generado polémica-, lo cierto es que, así se apruebe o no, su presentación es solamente un paso más dentro de un plan integral, constante y consciente que busca eliminar o, como mínimo, reducir, las libertades y los derechos de los vecinos.