La Ciudad de Buenos Aires siempre es una caja de sorpresas en materia cultural. A pesar de la crisis que restringe apoyos, subsidios y presupuestos del sector, siempre surgen gratas novedades, artistas jóvenes que aparecen en las diferentes disciplinas. El caso de Pablo Cedrón es muy distinto, sus obras, desconocidas hasta ahora, estuvieron en exposición luego de producida su temprana muerte en noviembre de 2017.
En la Casa del Bicentenario, situada en la calle Riobamba 1245 de la Ciudad de Buenos Aires, se expusieron por primera vez –en un evento que terminó el 16 de junio-; pinturas, muñecos, objetos, maquetas y escritos originales del multifacético, hasta acá sólo reconocido como actor y guionista, Pablo Cedrón.
Pablo pertenece a una familia de artistas inmortalizada por Julio Cortazar en su libro “Un tal Lucas”, su padre escultor y artista plástico, su tío Jorge y su prima Lucía cineastas, su tío el Tata dedicado a la música conformando el prestigioso Cuarteto Cedrón. Una familia que sufrió, durante la dictadura militar, el exilio en Francia y el asesinato de su tío Jorge, realizador, en la clandestinidad, de la película “Operación Masacre” basada en el libro homónimo de Rodolfo Walsh. A lo largo de su vida realizó varios oficios; albañil, guía de Parques nacionales, cocinero, cazador, entrenador ecuestre, pintor de casas, carpintero, herrero, niñero, fabricante de fijador para el pelo, guionista, actor y artista plástico secreto.
Pablo comenzó a ser reconocido por su participación en dos ciclos televisivos de humor alternativo que surgieron en la televisión argentina en los años 80; “De la Cabeza” y “Cha Cha Chá”. Esa exitosa irrupción en la pantalla adquirió popularidad cuando Nicolás Repetto le dio un espacio en su programa “Nico” para que desarrollara allí sus personajes. A partir de esos años comenzó también su carrera como actor de cine que lo llevó a protagonizar películas como El juguete rabioso, Felicidades o Aballay y a participar en muchos films emblemáticos del cine argentino como El Aura junto a Ricardo Darín o El Viento de Eduardo Mignona. Sus útimas películas fueron El Movimiento de Benjamín Naishtat, El Invierno de Emiliano Torres y Dos Hermanos de Adrián Caetano, junto a Leo Sbaraglia y Daniel Hendler. Entre sus últimos trabajos en televisión se destaca su personaje de Labarde en la serie “Historias de un Clan” de Luis Ortega. Fue guionista y dramaturgo de algunas de las obras en que participó.
Además de todas estas facetas artísticas, en los últimos años de su vida, Cedrón incursionó también en la actividad plástica, pero sus trabajos nunca llegaron a ser exhibidos, hasta que gracias a una ardua labor de su familia, amigos y colegas, La Casa del Bicentenario puede hoy presentar más de 400 piezas de su obra. Pablo fue un pintor secreto, y un obsesivo escritor de ficciones novelescas profundamente imbricadas en su pintura, así como un prodigioso inventor de objetos, muñecos y maquetas, también orgánicamente vinculados con las historias, las escenas y los personajes que poblaban su fascinante universo.
Por Eduardo de la Serna