Los espacios que deseen inscribirse ya pueden acceder a sus beneficios.
Los espacios culturales son parte central de la vida en la ciudad: allí es donde se gesta la personalidad de las comunidades. Por eso, su existencia y su subsistencia resultan ya no necesaria sino vital para los vecinos porteños.
Por eso, la nueva Ley de Espacios Culturales Independientes resulta, a priori, una buena noticia. Así informaron fuentes oficiales del Ministerio de Cultura de Buenos Aires: “el nuevo marco regulatorio de habilitación que facilita la apertura de nuevos espacios, promueve el desarrollo de propuestas culturales diversas y genera instancias de control más claras con el fin de mejorar su funcionamiento”.
Así la define sus objetivos la web oficial del Gobierno de la Ciudad: “Brindar mejores condiciones para que los lugares funcionen y se desarrollen plenamente, atendiendo a las singularidades del sector. Facilitar a los gestores culturales la habilitación y el funcionamiento de sus actividades”.
En cuestiones reales, las novedades incluyen, por ejemplo, la posibilidad del baile como actividad cultural, la capacidad ampliada para recibir personas seguras de acuerdo a las características del lugar, los baños podrán ser unisex, se podrán ofrecer actividades complementarias como servicio de comidas y venta de productos. Además, una única habilitación permitirá programar actividades diversas.
La ley aprobada el 29 de noviembre tiene como espíritu fundamental abrir paso a aquellos sitios con características particulares que necesitan una reglamentación a medida por sus características edilicias o sus actividades, fundamentalmente sitios de espacios de pequeña y mediana escala. En concreto, la ley incluye particularidades de espacios culturales de hasta 500 metros cuadrados de superficie y hasta 300 personas.