Las casas de juegos de azar y apuestas suelen hablar de “Los números de la suerte” para definir a aquellas cifras que resultan ganadoras en los diferentes sorteos. Los números que en los últimos tiempos aportan las economías de nuestro país y, en particular, de la ciudad de Buenos Aires, bien podrían recibir el nombre de “Los números de la desgracia”
No llegaron a pasar todavía cuatro años de aquel momento en que Mauricio Macri pidió que su gestión como presidente fuera juzgada por su capacidad para bajar la inflación, que en aquel octubre de 2015, rondaba el 24% anual. En aquellos días, el actual mandatario presumía ante las cámaras de televisión diciendo que la tarea más fácil que tenía frente a sí era la de bajar los índices inflacionarios. Pero los datos oficiales que brinda la Dirección General de Estadística y Censos de la Ciudad de Buenos Aires dicen que en el mes de mayo de 2019 el índice de precios al consumidor (IPCBA) en el ámbito porteño fue de 3,1 % y el costo de vida de los porteños subió un 54,7% en un año ¡Más del doble que la última medición del gobierno anterior!. Es que los aumentos no paran, aún con la enorme recesión que asola al país, día a día ir al supermercado se transforma en una tortura y recibir las facturas a fin de mes en una tragedia.
La Oficina oficial de Estadísticas de la Ciudad de Buenos Aires, dictaminó que en el mes de mayo, una familia tipo, propietaria de una vivienda, necesitó treinta mil ciento cuarenta y seis pesos con trece centavos (30.146,13 $), para superar la línea de pobreza. Una cantidad que supera los mil pesos por día para no ser pobres.
Asimismo, la entidad determinó que una pareja joven propietaria para no caer en la pobreza necesita 17.393 pesos con 66 centavos, y una que alquila; 21.642,10, pareciendo creer que un alquiler en la ciudad cuesta menos de 5 mil pesos. Si se tomara un valor real de alquiler de un mono ambiente, esa cifra rondaría alrededor de los 25.000 pesos.
En cuanto a la condición de indigencia que también mide la DGECCBA, estado que observa los costos de la subsistencia elemental de los habitantes porteños,
Una familia tipo con vivienda necesitó un ingreso de 15.827,16 pesos para cubrir la Canasta Básica Alimentaria y no morirse de hambre.
Estos números que plasman las necesidades que tienen los habitantes de la ciudad, están íntimamente relacionados con los movimientos económicos negativos que se van acumulando en diferentes áreas de la economía capitalina. Por ejemplo, el Índice de ventas en supermercados cayó un 11,4 % con respecto al año anterior, el patentamiento de vehículos automotores un 49, 4% y las Escrituras traslativas de dominio de Inmuebles un 53,6%. Una caída en picada que parece no tener fin y que empieza a complicar a las siempre nutridas arcas del gobierno porteño al generarle una merma importante en la recaudación impositiva. Estos números de la desgracia dejan en claro que la pretensión de bajar la inflación a partir de bajar la actividad económica, generando una recesión galopante, culmina siendo como un perro que se muerde la cola y se termina devorando a sí mismo. No dejando otra alternativa que el endeudamiento indiscriminado para tapar el agujero que se va generando. Situación que ya sabemos cómo termina: En una deuda impagable, que en cualquier momento explotará por los aires y no llevará puestos a todes, principalmente a los más necesitados.