Acaba de llegar a la legislatura porteña un proyecto para proteger a los trabajadores de Rappi, Glovo y Pedidos Ya.
El paisaje porteño se ha modificado desde hace ya algunos años. Porque, si bien es cierto que los deliverys existen hace mucho tiempo, la aparición de las aplicaciones de envíos han cambiado radicalmente la circulación de la ciudad. Sin embargo, a partir de algunas experiencias controversiales y recursos judiciales, la situación de los trabajadores ha estado siempre en discusión.
Ahora, se acaba de presentar un proyecto de ley en la Legislatura porteña que busca que se reconozca la relación de dependencia de las empresas con sus trabajadores. El mismo fue elevado por el diputado Gabriel Solano con el objetivo de regular a empresas como Rappi, Glovo y Pedidos Ya. Además del postulado mencionado, la iniciativa también busca prohibir la obligatoriedad del traslado de las cajas transportadoras sobre las espaldas. Además, se busca eliminar el sistema por el cual los trabajadores deben comprar sus elementos de trabajo.
Otro de los puntos fundamentales del proyecto obliga a las aplicaciones a generar espacios para que los trabajadores puedan descansar, tener baños y refrigerios disponibles, así como también un sistema de licencias que los resguarde frente a eventuales enfermedades. Para un buen cumplimiento de la ley se estipula un sistema de multas con una sanción inicial equivalente a diez salarios mínimos por cada trabajador inscripto en la aplicación.
Así fundamentó el diputado Solano los motivos de su postulado: “una de las actividades que han disimulado el crecimiento de la desocupación en nuestro país, que sin embargo asciende al 10,1% de la población económicamente activa, es la del trabajo de reparto de comidas o diferentes objetos, administrado por aplicaciones virtuales”. Además, comentó que “La necesidad de regular la actividad de forma urgente está dada por las rápidas consecuencias físicas y psicológicas que la actividad produce sobre las y los jóvenes trabajadores de reparto, ya que están obligados a trasladar peso en sus espaldas acarreando enormes dificultades para la columna, las empresas los obligan a atender el teléfono cuando están manejando las bicicletas o las motos lo que ha sido el motivo de accidentes, algunos de ellos fatales, y lo que puede traer también consecuencias para terceros, porque son miles de trabajadores que no tienen un lugar donde ir al baño ni dónde descansar cuando, para obtener un ingreso mínimo, los jóvenes se ven obligados a realizar una actividad a destajo, sin horarios, ni licencias de ningún tip”.