Las obras públicas que se inauguran en años electorales suelen tener detrás otros intereses además del bienestar general. En los últimos meses están saliendo a la luz claras evidencias de los problemas que resultan de las políticas de especulación electoral que se realizan con los dineros públicos. El Viaducto San Martín, que comienza (o termina) en nuestra Comuna y ha sido parcialmente inaugurado antes de las elecciones PASO, no es una excepción.

La utilización de la obra pública como parte del marketing político es un clásico del escenario nacional que se ha ido potenciando con el correr de los años. La aparición de las redes sociales ha contribuido a acentuarla y los gobiernos de Cambiemos en sus diferentes instancias han exacerbado esta tendencia. Se han fanatizado con esta manera de promocionar su tarea. En algunos spots de  campaña se veía a un hombre tocando el pavimento diciendo “Esto es real” y al propio Presidente inaugurando  una ruta diciendo con vehemencia “¡Esto es verdad, no sarasa!”. Tanto entusiasmo por inaugurar, termina por vaciar de contenido el concepto de servicio y bien común que cualquier obra pública debiera tener, interesa más la imagen de la obra hecha que la obra en sí misma, el continente más que el contenido. Tanta desesperación por sacarse una foto, por tener algo que mostrar a la comunidad los lleva a inaugurar obras parcialmente realizadas; construcciones hechas a las apuradas, a medio hacer o mal hechas, con el riesgo que esto supone para trabajadores y usuarios, y el costo que significan los arreglos constantes posteriores. El Intendente de Cambiemos de la Ciudad de Chivilcoy, batió el record inaugurando con bombos y platillos una rotonda de 2 metros de diámetro. No se puede decir que sean originales con este tipo de especulaciones políticas, pero si sus cultores más entusiastas.

El recién inaugurado, en forma parcial, Viaducto del tren San Martín muestra otra cara de estos apuros electorales: Hoy, 300 pequeñas empresas subcontratistas de la obra se encuentran al borde de la quiebra por la falta de pago de una suma que ronda los 20 millones de dólares y responsabilizan a la empresa adjudicataria y al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires por la situación desesperante en que se hallan. La falta de pago comenzó en Abril, no obstante las Pymes eran apuradas, (en algunos casos  extorsionadas con no volver a trabajar) para terminar parcialmente el trabajo en los primeros días de julio. Había que poner un tren pasando por las vías antes de que la veda electoral prohibiera hacer un acto público, a costo de lo que fuera, y así se hizo: El 10 de julio,  Macri, Vidal y Rodríguez Larreta tuvieron su foto inaugural preelectoral, pero los trabajadores no tuvieron sus salarios. Desde aquel día hasta hoy, las obras inconclusas en las estaciones La Paternal y Villa Crespo, casi no han avanzado.

Para terminar es bueno recordar que esta obra hace inútil e innecesaria otra “Gran obra” inaugurada no mucho tiempo atrás (2009) por el entonces Intendente Macri: El túnel bajo las vías del tren San Martín de la Avenida Dorrego, junto a la estación Villa Crespo. Esa obra que, en ese entonces, nos costó a los vecinos unos 8 millones de dólares, a partir de la construcción del viaducto no sirve para nada. Una muestra, como tantas otras, del despilfarro, la falta de planificación y los intereses oscuros con que se maneja la obra pública en la Ciudad de Buenos Aires.

Por Edurado de la Serna