En este mes de noviembre, se inaugura, luego de muchos años y controversias, el Estadio Movistar Arena en el barrio de Villa Crespo en el centro geográfico de la Capital Federal. La obra que ha sido resistida por organizaciones vecinales y estuvo detenida por largo tiempo debido a serios problemas constructivos, financieros y judiciales, promete un recinto en el que se escucharán las voces más importantes de la música nacional e internacional.
La historia de este emprendimiento se remonta al año 2003, cuando el terreno fue expropiado a través de una ley de la Legislatura para realizar un Centro Cultural, una Escuela y destinar una porción para el Club Atlanta que se encuentra al lado. Los objetivos de la ley nunca se cumplieron, muchos años después, en 2012, otra norma otorgó las tierras en comodato al Club Atlanta por 20 años para ampliar su sede social y las instalaciones deportivas. En esas instancias apareció en escena la empresa Lugones Center, que recibió un crédito de 100 millones de pesos del Banco Ciudad para realizar la obra, pero la abandonó por la mitad luego de serios inconvenientes al intentar colocar el techo de la construcción y terminó declarándose en quiebra. Esta situación derivó en un nuevo acuerdo entre el banco y la empresa para buscar nuevos inversores. Entonces, entró en juego Buenos Aires Arena, un proyecto del Diario La Nación y la Multinacional AEG. En septiembre de 2017 la Legislatura sancionó la ley 5874 transformando la norma original, en otra que autoriza a construir un megaestadio techado para 16.000 personas y aumenta los años de concesión de 20 a 40 años.
Las organizaciones vecinales se opusieron inmediatamente a esta opción argumentando la serie de problemas que generará la obra para todos los que vivan en las cercanías: Contaminación sonora, colapso energético, caos vehicular, desvalorización de las propiedades y cambios de una fisonomía barrial que ya está siendo transformada radicalmente por la elevación de la mole de cemento que sostiene las vías del Ferrocarril General San Martín que pasa por al lado. Sostienen, además, que entre los 100 recitales anuales que se proyectan y los partidos de fútbol de Atlanta, no podrán circular libremente por el barrio, ni salir a la puerta de su casa la mitad de los días del año, que la ley de 2017 transformó un proyecto social, cultural y educativo en un gran negocio empresarial, cobijado por el gobierno municipal y exigen volver al proyecto original y a los 20 años de concesión. Este posicionamiento llevó a que en el mes de marzo el juez Ammirato ordenara suspender la explotación económica del emprendimiento y un nuevo estudio de impacto ambiental. Pese a ello las obras continuaron.
En agosto hubo una Audiencia pública y los vecinos tuvieron la posibilidad de insistir con su reclamo, pero su voz no fue escuchada. La justicia municipal terminó por declarar abstracta la medida cautelar que restringía la inauguración del centro de eventos, luego de un nuevo informe realizado por la Agencia de Protección Ambiental (APrA) dependiente del Gobierno de la Ciudad. Para ese entonces, además de las dos grandes empresas involucradas en el proyecto ya se había sumado a ellas la multinacional telefónica Movistar, constituyendo un bloque de poder económico demasiado poderoso para que las aspiraciones de los vecinos fueran contempladas.
La lista de reconocidos artistas locales e internacionales, que ofrecerán recitales en el Mega Estadio incluye a: Sabina y Serrat, Chayanne, Abel Pintos, Keane, Ricardo Montaner, Andrés Calamaro, Shawn Mendes, Dream Theater, J Balbin, Norah Jones y La Beriso, entre otros.