La pandemia que asola el mundo tiene sus particularidades. En la Argentina, la Ciudad de Buenos Aires encabeza desde un principio el número de infectados y víctimas  provocadas por el virus. Ser el gran puerto, el distrito más rico, la puerta de entrada al país para el comercio y el turismo que a lo largo de la historia ha ostentado esta urbe, ahora se vuelve en contra como un boomerang, ya que esa fluida riqueza y contacto con el exterior ha permitido el ingreso al país de la epidemia que se ha instalado en un principio en los barrios más ricos de la capital.

La famosa “Teoría del Derrame” proclamada hasta el hartazgo por los economistas neoliberales finalmente se cumplió, pero en vez de riqueza, lo que las clases acomodadas de los 5 continentes están derramando sobre los pobres y los desposeídos; es una epidemia mortal. Los turistas y viajeros del mundo pertenecientes a las clases medias y altas de la sociedad llevan y traen un virus que arrasa con todos, sobre todo con los ancianos, los que tienen enfermedades preexistentes y los que no tienen un sistema de salud que los proteja.

No resulta extraño entonces que en un inicio de la epidemia, la ciudad de Buenos Aires, la más próspera del país, la más conectada con el mundo, sea la que encabece el listado de infectados y víctimas fatales, y dentro de ella sean los barrios más ricos del Norte los que lideren ese nefasto ranking.

La Comuna 11 ocupa el quinto lugar de la nómina junto con la Comuna 5 (Almagro- Boedo) y es una de las más afectadas por la peste, detrás de los barrios de Palermo, Recoleta, Belgrano, Núñez, Colegiales, Balvanera y San Cristóbal. Desgraciadamente, Villa del Parque y el Coronavirus se llevaron bien desde un principio. Uno de los primeros casos en el país apareció en nuestro barrio. El 6 de marzo se conoció que un hombre de 43 años, domiciliado en la calle Melincué, había contraído el virus en un viaje reciente por la ciudad de Boston en los Estados Unidos de Norteamérica (Para ese entonces todavía no existía la cuarentena y EEUU no era considerado un país de riesgo) Pese a tener los síntomas el vecino no dejó de mandar a sus hijas al Colegio Buenos Aires School, situado en la calle Pedro Lozano 2730. Al darle positivo el test, avisó a las autoridades de la escuela y estas decidieron que las alumnas no concurrieran a clase, pero ya era tarde; al enterarse de la situación, la mayoría de los padres dejaron de mandar a sus hijos. Una semana después un chofer de Uber se incrustó detrás de una camioneta cerca de la esquina de la Avenida Nazca y Lascano, y adujo que la colisión era producto de una  descompensación sufrida  luego de trasladar, horas antes, a una mujer con síntomas de coronavirus desde el Aeropuerto de Ezeiza. El hombre herido y supuestamente enfermo, fue trasladado por el SAME y como una novedad se aplicó el protocolo correspondiente y los policías intervinientes fueron aislados.

Dicen algunos que el caos sanitario y económico que generará esta pandemia puede hacer saltar por los aires al mundo de las finanzas e incluso al propio sistema capitalista. Más allá de que esto pueda ocurrir o no, no estaría mal, además de salir al balcón a aplaudir a los médicos, recordar que en esta Comuna 11, en las últimas elecciones, hace sólo unos meses, salió victorioso un proyecto político que degradó a la Salud Pública y a la Ciencia y la Tecnología, ahora tan necesarias.