¿Vuelven los autocines?

Los autocines irrumpieron en la Argentina en la década del 60 como un fenómeno que despertó mucho interés, pero con la llegada del siglo XXI se tomaron una temporada de descanso. Cuando el mundo cultural ya los daba por muertos o agonizantes, la pandemia con su necesidad de distanciamiento entre espectadores, los pone de nuevo en el candelero.

Con la crisis sanitaria, el mundo entero está viviendo la resurrección de los autocines y la Argentina no se queda atrás. En diversas provincias ya funcionan emprendimientos que permiten ver cine desde un automóvil y en la Ciudad de Buenos Aires comienzan a barajarse ideas para subirse a la ola autocinéfila. La Ciudad de Santa Rosa  en la provincia de La Pampa pico, en punta con un emprendimiento frente a la Laguna Don Tomás cobrando 1.000 pesos por vehículo. A partir de esta iniciativa comenzaron a montarse autocines en otros distritos, en la provincia de Tucumán adecuando el hipódromo de la capital y desarrollando proyectos en las ciudades de Yerba buena, Simoca y Tafí Viejo, en la provincia de Mendoza reabriendo el histórico predio en el Challao, así como en Guaymallén, Junín y Malargüe, en la de la Rioja en el Superdomo de la ciudad capital. En la provincia de Buenos Aires, la ciudad de Tandil dio el primer paso realizando una función de prueba y a beneficio del Banco de Alimentos, en la que participaron 40 autos y proyectaron la película “El plan divino” de su hijo pródigo, el actor y director; Víctor Laplace. El autocine funcionó en un predio de 80 por 260 metros de extensión, con capacidad para 100 automóviles y se estima que el precio de la entrada será de 500 pesos por auto. Luego lo siguió el partido de San Isidro con dos proyectos, uno que ya comenzó a andar;  el Autocine Al Río; sobre la costa del Río de la Plata, en la localidad de Martínez, con un amplio estacionamiento para 60 vehículos, tres pantallas sobre camiones, y una entrada obtenida por internet de 1.200 pesos por auto con un máximo de pasajeros acorde a la cantidad de cinturones de seguridad (La entrada sirve como permiso de circulación) y otro que se proyecta en el estacionamiento del Shopping en Panamericana y Camino del Buen Ayre (Boulogne).

En la ciudad de Buenos Aires, el legislador Roy Cortina (PS) presentó una iniciativa para promover el desarrollo del autocine en territorio porteño. El proyecto, que busca reavivar la exhibición de cine en el distrito, hace hincapié en las 60 salas porteñas que cerraron sus puertas y las más de 100.000 personas que concurrían mensualmente a sus instalaciones. Las proyecciones que durante los veranos organizaba el Gobierno Municipal en el Rosedal de Palermo casi como una excentricidad, ahora se convierten en una exigencia ineludible que deberá ser  multiplicada a otros espacios durante todo el año. Así, parques, estacionamientos y terrenos desocupados podrán convertirse en escenario de iniciativas públicas y privadas para llenar este vacío cultural. En la Comuna 11 podemos pensar que el Estacionamiento de la Facultad de Agronomía puede ser un buen lugar para que la Universidad de Buenos Aires continúe con la excelente programación que desarrollaba hasta marzo en el Cine Cosmos de la Avenida Corrientes (También podría hacerlo en la Ciudad Universitaria) Más allá de las diferentes opciones que puedan aparecer para satisfacer esta necesidad, una cosa es cierta; el autocine ha resucitado y como la canción de Serrat y Sabina, bien puede cantar: “No estaba muerto, estaba de parranda”