EDITORIAL: Por Eduardo De la Serna

Las peleas entre hermanos por el poder son un clásico de la historia y la mitología universal. Todo comenzó cuando Caín, en un arranque de celos, mató a Abel porque su hermano, generoso y esforzado, le había caído simpático a Dios y él, que era un poco más vago, no había logrado conmoverlo, y siguió con miles de ejemplos; como el de Rómulo matando a Remo para convertirse en Rey de Roma, el de Cleopatra peleando con sus hermanos Ptolomeo XIII y Ptolomeo XIV, a los que hizo matar para conseguir reinar en Egipto o el de Cesar Borgia, el hijo menor del Papa Alejandro VI, quien mató a su hermano mayor Giovanni y lo tiró al río Tiber, para convertirse a los 18 años en Cardenal y jefe de las tropas papales.

Si bien hay muchos que piensan que la Argentina es un país fuera del concierto internacional y de la historia, estas últimas semanas prueban exactamente lo contrario. Las peleas surgidas en el seno de las familias Macri y Etchevehere, dos apellidos ilustres del poder argento, demuestran que estamos a la altura de los antecedentes universales. En el sainete entrerriano con olor a bosta, los hermanos Luis Miguel (Ex Presidente de la Sociedad Rural Argentina y ex Ministro de Agricultura del anterior gobierno), Juan Diego y Sebastián lograron desalojar a su hermana Dolores de uno de los tantos campos que tiene la familia en la provincia mesopotámica, dicen que ella les vendió su parte en esa sociedad, mientras que la mujer asegura que esa negociación nunca se concretó y que su hermano Luis Miguel, no es un romántico que canta canciones edulcoradas sino un corrupto, un extorsionador, un delincuente de las altas esferas ¡Chocolate por la noticia! La inmensa mayoría de las familias terratenientes argentinas ha amasado su fortuna de manera poco lícita, si en este caso además el hombre ha presidido la sociedad que nuclea a todas ellas, una organización que por unos pocos pesos se ha quedado con un predio inmenso en la zona más rica de la ciudad de Buenos Aires, nadie objetivamente puede pensar que es un angelito de Dios. Mucho más si el ex ministro manda a algunos de sus amigos a amenazar con extrema dulzura y sadismo a su hermana. En ese diálogo nocturno junto a la tranquera quedó fielmente reflejada la impunidad del modus operandi, tan hipócrita como cruel, que aplican las clases dominantes para conseguir lo que quieren.  La otra familia millonaria en cuestión, ya es un clásico argentino ¡Los hermanos Macri también se pelean por la herencia de papá! Mariano, el menor de los varones, sacó un libro (HERMANO) en el que acusa al ex presidente Mauricio, de estafarlo en la repartija de los bienes, y de diferentes y variados delitos: La venta simulada de la empresa SIDECO, el vaciamiento de SOCMA, la utilización de testaferros durante su presidencia para seguir haciendo negocios como Autopistas del Sol, Avianca y los Parques eólicos, los fondos negros que ha fugado del país a paraísos fiscales y un banco en Bélgica, etc, etc, etc,. ¡Otro chocolate por la noticia! Cuando asumió la presidencia Mauricio Macri ya contaba en su haber con 214 causas judiciales. No es casual que haya asumido la presidencia procesado por espionaje y que luego de su mandato se lo vuelva a acusar de espionaje ilegal (espiando en ambos casos a opositores, colegas y familiares). “Espiar para luego extorsionar”   un clásico de los Macri, utilizado tanto en los negocios y la política, como en la vida familiar, que para los clanes del poder es más o menos la misma cosa. Cualquier análisis objetivo que se realice sobre Mauricio y su padre, determina que sólo su condición de multimillonarios poderosos los ha salvado de ir presos.

¿Qué podemos esperar los ciudadanos de a pié de estos circos glamorosos? Nada más y nada menos que un milagro: Que alguna vez la justicia investigue hasta las últimas consecuencias los hechos denunciados en estas instancias: Estafas y fraudes de todo tipo, usurpaciones, falsificaciones, subfacturaciones y sobrefacturaciones, evasión impositiva y fuga de capitales entre otros. Y los diferentes delitos en perjuicio del Estado y de toda la sociedad que han llevado a estas familias a amasar las fortunas que hoy ostentan a costa de la ruina de la inmensa mayoría del pueblo argentino.

Eduardo de la Serna