El Día Mundial de Lucha contra el Sida se conmemora el 1 de diciembre de cada año, y se dedica a dar a conocer los avances contra la pandemia de VIH/sida causada por la extensión de la infección del VIH. Compartimos esta crónica desarrollada en el proyecto colaborativo de Chicas Poderosas Argentina llamado “Los derechos no se aislan”.
Fuente: www.revistacolibri.com.ar
Por: Mariana Fernández Camacho
Ilustración: Amparo Guindon
Nell, como tantas otras personas que viven con VIH, tuvo dificultades para acceder a la medicación durante la pandemia. Gracias a las redes que la sostienen, pudo reclamar por sus derechos. El barrio de Once en cuarentena sigue siendo Once. Quizás un poco más roto, con más personas arrojadas a la basura. La Plaza Miserere en cuarentena es la misma plaza: un coro revoltoso de lenguajes y de colores. Aunque de ciertos lenguajes y ciertos colores. El coro de la Patria Grande.
Nell llega caminando y elige la única mesita del bar que hace esquina. Logra una verdadera panorámica de los que vienen y se van. Pide un frappe de chocolate. Es su permitido de la semana, por eso lo demora en la boca, lo hace durar todo el rato. De vez en cuando, durante la charla, va a levantar la tapita del recipiente plástico anti-ambiente. Va a chequear que aquel lícito chocolatoso siga ahí, para recién entonces volver a mirar a los ojos. Nell mira con sus ojos bien oscuros. Pero muy especialmente Nell sonríe. Sonríe en grande, como si quisiera hacer gala de sus dientes blanquísimos que parecen no haber necesitado nunca corrección.
Prefiere ir de atrás hacia adelante. Empezar su historia desde que el bicho de la corona acuarteló al planeta para después hablar del otro bicho, de ese que le transmitieron a la fuerza, con violencia, cuando tenía 22 años.
Nosotros le decimos bicho.
El pronombre que la incluye hace referencia también a les y las integrantes de la Red Argentina de Jóvenes y Adolescentes Positivos (RAJAP). El lugar de pertenencia de Nell cuando un segundo análisis de sangre confirmó que tenía el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH).
En la pandemia lo vivimos feo, porque a muchos amigues de la Red les desapareció la obra social. Igual que a mí. La mayoría tuvimos que hacer la denuncia y recién ahí reaccionaron. Y si no reaccionan, te sustenta el gobierno.
Como empleada de la cadena de cines Hoyts, Nell es usuaria de la Obra Social del Espectáculo Público (OSPEP). Más importante es contar que sus compañeros y compañeras de trabajo la eligieron como delegada sindical durante dos mandatos consecutivos.
La obra social me dio la medicación en abril, el primer mes de cuarentena. Después, desaparecieron. Mandaba mails para saber cuándo retirar los remedios y me daban vueltas. Seguí hinchando, hinchando, hinchando porque estaba usando mis reservas. En junio me mandaron otra medicación, nada que ver con la mía, y me re enojé. Contestaron por mail que no podían entregarme las dos medicaciones de mi tratamiento porque “no les daba el presupuesto”. Tampoco cubrieron las sesiones online con mi psicóloga. Pero yo seguía pagando la obra social.
Según el Boletín Epidemiológico de la Dirección de Respuesta al VIH, ITS, Hepatitis y Tuberculosis del Ministerio de Salud de la Nación del mes de diciembre de 2019, 139 mil personas viven con VIH en Argentina. El 17% desconoce su condición.
El 63% se encuentra en tratamiento antirretroviral en el sistema público.
El 8 de marzo de 1995 se publicó en el Boletín Oficial la Ley 24.455 que obliga a todas las obras sociales y asociaciones de obras sociales del sistema nacional a garantizar la cobertura para los tratamientos médicos, psicológicos y farmacológicos de las personas afectadas por algunos de los retrovirus humanos y los que padecen el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) y/o las enfermedades intercurrentes. En 1996, la Ley 24.754 incorporó la atención por parte de las empresas de medicina prepaga. Y es el Estado Nacional, a través de los hospitales públicos, el que debe garantizar el acceso a los tratamientos de quienes no cuentan con obra social ni prepaga.
Pero que se entienda: no se trata de entregar remedios a la marchanta. Romina Cavallo, Coordinadora del Programa de Atención Directa de la Fundación Huésped, explica que no es recomendable modificar los esquemas de tratamiento: “Por todas las vías hay que intentar que la obra social o la prepaga obtenga la medicación que corresponde. Salvo que el cambio esté autorizado por la médica o el médico tratante, y solo cuando se trate de un faltante en todo el país y dependa del Ministerio de Salud de la Nación”.
Seguí insistiendo y en un momento me cansé. Siendo delegada es como que no puedo hacer ciertas cosas pero me harté. Pensé: “Si me quieren sacar, que me saquen”. Estuve tres meses sin medicación y ya no tenía ganas de seguir peleando. Me animé y denuncié a la obra social en la Superintendencia. Les mandé por mail mi historia clínica, fotos del DNI, del carnet, recetas, y hasta adjunté una nota que me hizo la infectóloga.
La Superintendencia de Servicios de Salud (SSSalud) es un organismo descentralizado del Ministerio de Salud de la Nación responsable de la regulación y del control de los actores del Sistema Nacional del Seguro de Salud (SNSS). Es decir, se ocupa de fiscalizar las obras sociales, institutos y entidades de medicina prepaga para “asegurar el cumplimiento de las políticas del área para la promoción, preservación y recuperación de la salud de la población y la efectiva realización del derecho a gozar las prestaciones de salud establecidas en la legislación vigente”.
A partir de la implementación de las medidas de Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO) dispuestas por el Gobierno Nacional, las oficinas y delegaciones de la SSSalud en todo el país dejaron de atender al público de modo presencial. Pero continuaron respondiendo por mail las denuncias por falta de cobertura prestacional y/o negativas de afiliación con carácter de urgencia médica.
Hice la denuncia en agosto. Todo ese mes se demoró. Y en septiembre la Coordinación de Salud Sexual, Sida e Infecciones de Transmisión Sexual del Ministerio de Salud de la Ciudad de Buenos Aires me dio las pastillas. Primero se hizo cargo el Estado y después apareció la obra social. Se resolvió rapidísimo.
Los registros estadísticos de la SSSalud brindan información sobre la cantidad de reclamos por falta o deficiencias en la entrega de medicación requerida para tratamiento de VIH/SIDA. El servicio de intranet diferencia los reclamos según sean contra las obras sociales, contra prepagas y/o contra ambas a la vez asentados por la Subgerencia de Gestión de Servicios al Usuario del Sistema de Salud, Coordinación de Gestión y Resolución de Reclamos, y por la Gerencia de Delegaciones.
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