Dos años atrás, el 10 de julio de 2019, en plena campaña electoral, la máxima dirigencia del PRO gobernante inauguró con bombos y platillos una obra tan faraónica como inconclusa: El viaducto del ferrocarril San Martín entre las estaciones Palermo y Villa del Parque. Los discursos en aquella fría jornada fueron inolvidables. La entonces gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal expresó con énfasis “¡No queremos más carteles sin obras, ni promesas falsas!”, el entonces presidente Macri dijo sin ponerse colorado “¡No queremos más mentiras, ni estafas, ni corrupción!”, y el por entonces y aún vigente Jefe de gobierno de la Ciudad, Horacio Rodríguez Larreta, exclamó fuera de su habitual moderación“Muestran la hilacha, no cometen errores, es lo que hacen. ¡Dos facciones de ellos se cagaron a tiros en un frigorífico!” El comentario fuera de contexto, hacía alusión a un tiroteo ocurrido unos minutos antes en el conurbano bonaerense entre dos barras del sindicato de la carne, que había dejado varios heridos. El intendente, desinformado, pretendía sumarse a la campaña del miedo, adjudicándole al peronismo opositor los hechos violentos que horas después se confirmaron protagonizados por un sector del sindicato ferviente adherente del macrisno, liderado por Alberto Fantini, quien casualmente había sido uno de los 12 dirigentes sindicales que un año atrás había viajado en una gira por varios países europeos con el Ministro de Trabajo Jorge Triaca para “Conocer modelos de diálogo social”. Como se puede apreciar no sólo los laboratorios les “regalan” viajes a los médicos y Fantini no pudo aprender demasiado sobre “el diálogo”.

Pasados dos años de aquel acto inaugural y de aquellos discursos imborrables, las obras del viaducto siguen paralizadas, las estaciones Paternal y Villa Crespo abandonadas e inutilizadas, 200.000 usuarios diarios del tren perjudicados, además de los vecinos y comerciantes cercanos a ambas estaciones,  y lo peor de todo; es que no hay en el horizonte miras de solución. Parece ser que la idea del Jefe de gobierno es que el Gobierno Nacional se haga cargo de las obras que él no ha podido terminar. Basado en la máxima preferida de muchos funcionarios públicos: “Hagamos que hacemos”, dos meses después de aquel corte ficticio de cintas, Larreta decidió rescindir el contrato con las firmas Green SA –Rottio- UTE, contratistas del viaducto, luego de que unas 40 empresas subcontratadas denunciaran que habían sido estafadas y que se les adeudaban las obras ya realizadas. En diciembre de 2019, la Ciudad volvió a licitar los trabajos de las estaciones Villa Crespo y La Paternal a través de la empresa estatal porteña AUSA, pero luego de un año y medio todo sigue abandonado. Los vecinos se quejan de la invasión de ratas y la inseguridad que produce esta situación generada por la incompetencia del gobierno porteño. A pesar de estar  paralizadas las obras, la municipalidad continuó con la privatización de los terrenos linderos al viaducto. Los negocios inmobiliarios de la administración Larreta nunca se detienen. Uno fue entregado al Estadio Movistar Arena, del diario La Nación, y el otro por ahora quedó vacante. Ambos están en litigio, la Agencia de Bienes del Estado logró frenar la venta de esos terrenos del bajo viaducto, pero a pesar de esto, en la parcela lindera al estadio Arena, la empresa ha colocado las boleterías de manera ilegal. El plan del gobierno porteño para esos terrenos cedidos a la ciudad entre gallos y medias noches  por el gobierno nacional de Mauricio Macri, unos días antes de dejar el poder, era que allí se construyeran dos grandes torres. Pero la lucha de los vecinos de la zona, por ahora, ha detenido esas intenciones. Como dicen algunos de ellos que todavía conservan el buen humor: “A falta del Italpark, y del Parque de la Ciudad; el macrismo nos ha dejado un hermoso tren fantasma que va y viene de Palermo a Villa del Parque”.

Eduardo de la Serna