El proyecto de crear un polo cultural en las instalaciones del emblemático club del barrio de agronomía es una idea que pisa fuerte entre los vecinos.
Nacido en 1931 para agrupar a los empleados de Correos, «el club de los carteros» recibió en 1954 de manos del presidente Perón un terreno de 21 hectáreas en Agronomía. Empezó a competir en fútbol en 1959 variando siempre entre las categorías B, C y D, enfrentando a Sacachispas, Excursionistas y otros equipos parecidos.
En las décadas del 50, 60, 70 el Club Comunicación era un espacio no solo apto para el deporte, sino que mantenía viva mucha programación cultural. Todo habitante de la Ciudad de Buenos Aires recuerda los famosos carnavales, las clases de danza, folclore, instrumentos musicales, cineclub y muchas otras actividades que reunían a la familia completa. Además de su enorme pileta olímpica la gente se acercaba porque personalidades como Julio Sosa, Sandro, Palito Ortega y Roberto Carlos cantaban y daban verdaderas fiestas populares a todos los vecinos.
En la actualidad hay un grupo de gente dentro del club que tiene mucho entusiasmo y ganas de trabajar, armaron la Comisión de Cultura, que está encabezada por Jonathan Stawsky. Está todo por hacerse, ahora hay dos talleres, uno de tango y otro de folclore, los sábados por la mañana se dan las clases de tango y por la tarde las de folklore. En ambos casos hay grupos para principiantes, intermedios y avanzados. Los talleres cuentan con casi 100 alumnos y alumnas de todas las edades.
También está la iniciativa de tener talleres de actuación con actores prestigiosos y armar el Polo Escénico Club Comunicaciones. La idea de armar un cineclub con estudiantes de la Universidad del Cine y del ENERC es otra idea fabulosa. Comunicaciones tiene un predio inmenso. La idea es reacondicionar uno de los gimnasios para armar el Polo Cultural.
En los próximos meses, a medida que la pandemia lo vaya permitiendo, seguirán sumando actividades de teatro, música, arte, percusión, radio, peñas, milongas y muchos más. El objetivo es poder seguir trayendo gente al club, que lo conozcan, siempre con aranceles accesibles, que permitan bancar la actividad a los profes y talleristas. Fundamentalmente es traer gente al club, volver a recrear todo el tejido de actividades sociales y culturales.
Fermín de la Serna