Más de 100 espacios culturales reabrieron sus puertas para recibir a los vecinos porteños. Además, volvieron a circular los míticos vagones de la línea A, con un recorrido especial.

Luego de un año de quietud por las circunstancias de público conocimiento, finalmente el 30 de octubre volvió a realizare La Noche de los Museos, uno de los momentos culturales más esperados del año. En el evento participaron más de 100 museos, edificios emblemáticos y espacios culturales, que recibieron al público entre las 19 y las 2 horas. Muchos de ellos, además, volvieron a abrir sus puertas después de una larga temporada cerrados por la pandemia.

Como actividades destacadas, el nuevo museo de la Ciudad, el Buenos Aires Museo (BAM), abrió sus puertas con iniciativas tanto en el interior como en el exterior de su edificio renovado. Se trata de un espacio con carácter experencial y participativo, que propone la interacción a través del uso de recursos tecnológicos que narran la historia de la ciudad, desde su fundación hasta la actualidad. Con ese objetivo, se desarrolló un espacio vanguardista que busca a cercarse a todas las edades por igual. Por esa misma razón y por la necesidad de crear espacios que posibiliten la inserción cultural de Buenos Aires, allí funciona el Centro de Bienvenida al Turista, que aporta información sobre la ciudad y las actividades disponibles.

Además, La Noche de los Museos funcionó como marco para la reaparición de los coches clásicos de la linea A de subtes conocidos como “La Brugeoise”. Se trata de los famosos vagones que circularon durante casi 100 años por su traza. Fueron casi 300 los vecinos y vecinas que pudieron realizar el recorrido. Ellos fueron seleccionados de entre las casi 4000 personas que se inscribieron a través de un formulario o desde la cuenta de Instagram @BAsubte. En total fueron tres los paseos de 40 minutos de duración. Las unidades circularon entre las estaciones Perú y Acoyte y contaron con guías de turismo que narraron tanto la historia de esos vagones como del subte porteño en general.

Estos coches fueron declarados Patrimonio Cultural de la Ciudad por su valor histórico. Inaugurada el 1 de diciembre de 1913, fue la primera línea de subte en Latinoamérica. Su recorrido unía Plaza de Mayo con la entonces llamada Plaza 11 de septiembre, actualmente Plaza Miserere.

Ahora, habiendo pasado esta noche tradicional, resulta una buena oportunidad para aprovechar su fervor y volver a visitar museos que, en muchos casos, viven algunas horas intensas una vez al año pero pasan el resto de los días casi deshabitados. Se trata de reapropiarse de los espacios culturales, de volver a la calle para visitar una parte importante del patrimonio cultural porteño que está ahí, siempre, esperando.