A mediados de diciembre, y sin consulta con la comunidad educativa, el Jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta lanzó una idea “brillante”: Que los alumnos secundarios trabajen 120 horas gratis cada uno para empresas privadas. A 208 años de la Asamblea del Año XIII, propone que para cimentar la educación “del futuro”; regrese la esclavitud.
Creo que la gran mayoría de los ciudadanos podríamos coincidir en que intentar vincular los últimos años de estudios secundarios con el mundo laboral es una buena idea, pero como ya sabemos; de buenas intenciones está plagado el camino del infierno y querer hacer trabajar gratis a los adolescentes en empresas privadas de facturación frondosa, es otro de los presentes griegos de esta gestión municipal, que es experta en envolver con papeles coloridos las peores noticias y decisiones. Todavía está fresco el recuerdo de los funcionarios municipales intentando convencer a la ciudadanía de que es un gran beneficio para la ciudad cederle los humedales del sur a la empresa IRSA para que construya allí un barrio cerrado plagado de torres, ya que la empresa supuestamente cederá 48 de las 71 hectáreas del predio en cuestión para un parque público, cuando en realidad lo que sucede es exactamente al revés; todos los porteños le estamos regalando más de 125 hectáreas en altura a los viejos amigos del Jefe comunal. En este caso la ministra de educación porteña redujo la causa de la falta de un salario para los estudiantes, a una cuestión semántica: “No habrá remuneración porque no se trata de una pasantía y además se realizará en horario de clases”. Es decir; como no lo llamamos “Pasantía”, las empresas no tendrán que pagar por el trabajo de los estudiantes ¡Increíble pero cierto! ¡El caradurismo de las justificaciones que usa este gobierno municipal cada vez que va a cometer una atrocidad económica se supera día a día! (Total, nos siguen votando, deben pensar)
Para que quede claro a nadie se le ocurriría exigir que se les pague a los estudiantes el mismo sueldo que a los trabajadores formales. De hecho la mayoría de los sindicatos contemplan categorías de pasantes o aprendices (la ministra Acuña se olvidó de esta palabra). Por ejemplo: En la industria del cine los aprendices figuran en la nómina salarial con más de 11.000 pesos semanales, un sueldo equivalente a la mitad del que reciben las categorías más bajas del convenio. Los pasantes en las empresas del área energética, sector al que pertenece Pampa Energía, una de las empresas que participaría de este nefasto proyecto, promedian un salario que ronda los 50.000 pesos ¿Por qué un/a estudiante trabajaría gratis para una multinacional como la de Midlin que facturó 321 milones de dólares el último año?¿Qué clase de aprendizaje le dará una empresa como la transnacional Accenture (en el semestre septiembre 2020- marzo 2021 facturó 23.850 millones de dólares), que en su página web define sus objetivos así: “Convertimos grandes ideas en beneficios reales. Reinventamos las operaciones, la experiencia del trabajador y los modelos de negocio de las compañías industriales para generar valor y ayudarlas a conquistar el mercado” De pagarles a los aprendices, NADA. Si los progenitores porteños tienen la expectativa de que sus hijas/os aprendan en empresas como ésta, tareas administrativas o técnicas concretas, a clasificar archivos o desarmar computadoras, seguramente se verán defraudados, con suerte, los adolescentes sólo aprenderán a vender humo. Me pregunto ¿Qué padre o madre dejaría que su hijo trabaje un mes gratis para un negocio del barrio? Pocos o ninguno. Y eso que hablamos del boliche de la esquina y no de megaempresas millonarias. Sólo se podría entender que trabajen un mes sin remuneración si fuera para organismos públicos, empresas con participación pública u ONGS privadas que realicen un trabajo social comunitario; en Salud, Educación, vivienda, Derechos Humanos y Ambientales, por ejemplo. Sobran lugares en donde hacer una tarea loable además de aprender a trabajar.
Es de esperar que la comunidad educativa de Buenos Aires rechace este regreso disfrazado de la esclavitud y que no sólo se opongan algunos gremios docentes. El mundo sindical argentino debería poner el grito en el cielo. Como se respondió el poeta Miguel Hernández sobre los niños esclavizados en España ¡Casi un siglo atrás! “¿De dónde saldrá el martillo verdugo de esta cadena? Qué salga del corazón de los hombres jornaleros, que antes de ser hombres son, y han sido, niños yunteros”
Eduardo de la Serna