El 99% de los usuarios registrados son varones y uno de cada cuatro femicidios se produce con armas. Además, el 52% de los disparos realizados se debe a discusiones intrafamiliares y sólo 10% es en ocasión de robo.

La misma semana en que un adolescente asesinó a 21 personas a sangre fría en una escuela de Texas (Estados Unidos), el candidato de ultraderecha Javier Milei salió a proponer la libre tenencia de armas en la República Argentina. 

Inmediatamente, desde el Gobierno le respondieron al libertario: “Rechazo esta irresponsabilidad. Como diputado impulsé la creación de la ANMAC para consolidar la política de control de armas en Argentina, siendo premiada por la ONU”, sentenció el ministro del Interior, Eduardo Wado de Pedro. Este organismo es la entidad encargada de velar por el uso y la portación de armas de fuego en nuestro país y desde su creación en 2015 impulsó el Programa Nacional de Entrega Voluntaria de Armas de Fuego y Municiones, suspendido desde 2021 a la espera de su prórroga legislativa.

En Argentina, las cifras de portación de armas revelan datos interesantes. Según un informe del año pasado realizado por la Dirección de Diplomacia Parlamentaria del Senado, para 2018 existían 1.016.843 usuarios de armas de fuego autorizados por el Estado, de los cuales 99 por ciento eran hombres y solo 1 por ciento mujeres. El documento plantea que el mercado ilegal triplicaría el número de armas de fuego registradas.

En nuestro país se calcula que mueren unas siete personas al día por armas de fuego. Otro dato alarmante que salta a la vista es que el 52 por ciento de las veces que se dispara un arma se debe a discusiones o conflictos intrafamiliares y sólo un 10 por ciento de las veces es en ocasión de robo.

Y como en Estados Unidos existe un corte racial en la violencia armada, en nuestas latitudes ese clivaje tiene un sesgo de género: según el informe del Senado, 1 de cada 4 femicidios que se comete en nuestro país se realiza utilizando un arma de fuego. Es más, un 28 por ciento de las mujeres que registran denuncias por violencia de género señalan que el agresor cuenta con un arma en su poder.

En este sentido es que cobra valor el programa de destrucción de armas de fuego. La iniciativa busca abonar un monto en efectivo por la entrega del arma y su posterior destrucción. De esta forma, entre 2020 y 2021, la Argentina destruyó más de 13 mil armas de fuego.

Fermín de la Serna