Recordando sus primeros momentos artísticos, el joven Guido nos cuenta acerca de las experiencias como actor, sus sensaciones en el barrio y los sentimientos que tiene como espectador.

BRÚJULA: ¿Cómo fue tu infancia, en relación al lugar donde te criaste?

GBF: Nací en Almagro y casi siempre viví ahí. Le tengo mucho amor al barrio. También crecí en Villa Crespo. Tienen algo estos espacios de mucho tránsito de personas y zonas muy tranquilas. Eso es lo que me encanta. Hay muchos árboles. Las plazas 24 de Noviembre, la placita de Olaya y el Parque Centenario son de mis areas preferidas. De chico disfrutaba mucho el barrio. Mi mamá es fanática de sacar fotos, entonces tengo un registro importante de los momentos, desde empezar a aprender a caminar en el Parque Centenario, siestas en las plazas, jugar con perros, gatos y pájaros. Tengo muy lindos recuerdos. Había una heladería en Corrientes y Serrano, Trieste, que me encantaba. La heladería Venezia en Avenida San Martín y Gaona es un templo en el barrio. La Flor de Almagro, en Estado de Israel es mi lugar favorito. Me gusta mucho conocer bares, restaurantes y librerías en el barrio. Ahora hay un montón de cervecerías. Bienvenidas sean!

BRÚJULA: ¿Cuándo te diste cuenta que querías ser actor?

GBF: Cuando iba al teatro a ver las obras de Hugo Midón y Carlos Gianni. Eran trabajos hechos con mucho amor, con mucho detalle. Respetando y estimulando a quienes mirábamos con canciones, escenas, actuaciones, vestuarios y situaciones alucinantes. Diana, mi mamá me cuenta que veía como hipnotizado, con la boca abierta, lo que sucedía en esos escenarios.  Ahí creo que nació mi deseo de ser actor. Gracias a que ella me llevaba a ver mucho teatro cuando era chico. Y mi abuela Tuti mucho cine. Ahí, recibiendo todo eso siento que se activó una mirada atenta, una necesidad y un deseo de comunicar y comunicarme. Siempre me atrajo algo de eso. En séptimo grado, mi maestra y ahora amiga Silvia Forte nos propuso formar parte de Teatro por la Identidad con una obra. Fue una experiencia emocionante en el Teatro Ift. Luego a los 16 años empecé teatro con Florencia D’Agostino, donde llegué gracias a mi tío Gustavo Garzón. Ahí entendí que era lo que quería hacer.

BRÚJULA: ¿De que forma te acercaste al proyecto “El Marginal” protagonizado por Juan Minujin?

GBF: Me enteré que iba a realizarse la serie leyendo en internet, me llamó mucho la atención y empecé a investigar qué productora lo iba a hacer, Underground, y me contacté con ellos para hacer el casting. La participación en la primera temporada estuvo buenísima, y la verdad que me quedé con ganas de desarrollar más. Fueron tres jornadas de grabación donde aprendí un montón. Dirigió ese primer capítulo Luis Ortega y ví su mirada precisa sobre lo que se quería contar. Estaba en el detalle. En algo onírico. El 10 de Enero empezamos a grabar la segunda temporada, que será la precuela. La va a dirigir Adrián Caetano. Estoy muy contento de formar parte. Creo que se viene un tiempo de aprendizaje muy interesante.

BRÚJULA: Como espectador ¿Qué tipo de cine te gusta ver?

GBF: Me gusta ver películas de todos los estilos. Lo que más me moviliza es ver películas de esas que te abren la cabeza y te amplían las sensaciones. Amo ir al cine, así como al teatro, me parecen espacios sagrados. Como si ahí (a la vez que en los amigos, la familia y la naturaleza) fuese donde está Dios. Entrar en una sala ya te coloca en otro espacio/tiempo completamente diferente a como venías de la calle. Películas como “Magnolia”, “Secretos y mentiras”, las películas de Linklater, “La profesora de piano”, “Laberinto”, de Bowie, las que actuó James Dean. Esas películas me hicieron crecer.

BRÚJULA: ¿Qué relación mantenés con la virtualidad y la tecnología?

GBF: Creo que son herramientas muy útiles. Las historias de Instagram me encantan. Me parece una nueva forma de comunicar con infinitas posibilidades. Creo que no hay que abusar de la tecnología pero que usarla equilibradamente está bueno, conecta con los otros, y una de las mayores virtudes es la inmediatez con la que podemos comunicarnos con personas que están en otras partes del mundo, y que el avance en la tecnología hace que en cierto punto nos sintamos más cerca de esas personas queridas que están lejos.

BRÚJULA: ¿Qué estás haciendo en la actualidad?

GBF: Se estrenó “La Entrevista”, un cortometraje hermoso de Fermín de la Serna, con Luis Ziembrowski, Laura López Moyano y yo. Me encantó verlo en pantalla grande en el cine de la DAC. El relato va avanzando y la tensión escénica va creciendo sostenidamente hacia lugares extremos, lo que hace que nuestra mirada esté atenta y despierta con lo que va sucediendo. El 5 de Enero reestrenamos la obra de teatro “Como si pasara un tren”, de Lorena Romanin, con Silvia Villazur, Lu Grasso y yo. Hace la asistencia de dirección Mariano Mandetta, la prensa y difusión Caro Alfonso y la producción Casandra Velázquez. Es una obra muy querida y bella que está creciendo mucho. Durante el verano va a estar los viernes a las 22:00Hs. y los Sábados a las 20 y 22:00Hs. en El Camarin de las Musas en Mario Bravo y Córdoba. Es la cuarta temporada. Crecemos mucho con esta obra, ya somos una familia.

BRÚJULA: Si tuvieras que entrevistar a un personaje famoso, ¿A quién sería y por qué?

GBF: Trabajé con Erica Rivas en “Un tranvía llamado Deseo”, de Tennessee Williams, dirigida por Daniel Veronese en 2011. Desde el primer momento en el primer ensayo ella me dijo que lo que yo quisiera proponer o modificar en las escenas era bienvenido, que lo hiciera con confianza. Esa disponibilidad es la que me emociona en las personas.